Orquídea con hojas amarillas: ¿qué le pasa?

Orquídeas con hojas amarillas: ¿qué hacer?

Tener una orquídea con hojas amarillas suele ser un signo de alerta para apasionados de estas plantas y, especialmente, para quienes se inician en su cultivo. Si bien puede preocuparnos ver esta coloración en su follaje, calma. La presencia de hojas amarillas no siempre es un indicativo de que algo va mal sino, simplemente, parte del proceso natural de nuestra planta. Pero para llegar a esa conclusión y alejar cualquier sombra de duda conviene conocer todos los escenarios en los que se dan las hojas amarillas en la orquídea.

Empecemos aclarando un mito en torno a estas plantas. Es habitual pensar que en algunos tipos de orquídeas como la Phalaenopsis las raíces son lo más importante. Un motivo por el que es imprescindible que cuenten con macetas para orquídeas transparentes que permitan recibir la luz. Si bien es cierto que juegan un papel crucial, no olvidemos que sus hojas son igual de importantes. Como sucede con otras plantas, gracias a ellas nuestra orquídea puede realizar correctamente la fotosíntesis y asimilar nutrientes. Razón suficiente para prestarles la atención que merecen.

Y no lo olvidemos. Además de ser importantes también actúan como indicador del estado de nuestras plantas. Razón por la que conviene saber a qué responde que nuestra orquídea tenga las hojas amarillas.

CUÁLES SON LOS MOTIVOS POR LOS QUE UNA ORQUÍDEA TIENE HOJAS AMARILLAS

Lo primero que debemos considerar es la revisión regular de sus hojas. Como decíamos, éstas son una auténtica guía para saber si estamos cumpliendo con los cuidados de la orquídeas correctamente. Por si tienes alguna duda sobre su cultivo, resuélvela con este videotutorial.

Una orquídea sana siempre presentará hojas uniformes y en un tono intensamente verde en el que, además, podremos percibir un cierto brillo natural. Además de la coloración, es habitual poder identificar las hojas sanas por otro detalle de su morfología: tienen consistencia y, en ocasiones, incluso están elevadas.

Si en esta revisión de sus hojas detectamos que nuestra orquídea tiene hojas amarillas, es fundamental fijarnos exactamente dónde. ¿El motivo? Si son las hojas inferiores las que tienen esta coloración, no hay porqué alarmarse. Simplemente han llegado al final de su ciclo para dar paso a hojas nuevas que, habitualmente, crecerán en la parte superior de la planta. Y no: no es recomendable retirarlas sino que lo ideal es esperar a que sea la propia planta quien las deseche.

Sin embargo si las hojas amarillas se manifiestan en otras hojas, sí es momento de evaluar qué puede estar sucediéndole. Y, como sucede cuando investigamos por qué mi monstera tiene las hojas amarillas, tampoco hay una única respuesta en este caso. Tendremos que ver, en realidad, a qué puede deberse conociendo los motivos por los que una orquídea tiene hojas amarillas.

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1. Demasiada luz, uno de los motivos habituales por los que una orquídea tiene hojas amarillas

Salvo excepciones, las orquídeas necesitan una buena cantidad de luz solar para poder crecer y, especialmente, para poder florecer. Sin embargo y a pesar de esta pasión por la luminosidad, la gran mayoría de ellas no tolera la luz directa del sol.

Si reciben sol de intensidad, la quemadura se puede ver sobre sus hojas de forma clara. La hoja presentará una zona oscura y, alrededor de ella, se apreciará el color amarillo. Si es el caso de nuestra planta, lo ideal es retirar el área quemada valiéndonos de una tijera de poda desinfectada. Solo es necesario y recomendable retirar la zona de la hoja que está dañada.

Orquídea con hojas amarillas por quemadura

Pero no siempre es tan evidente. En ocasiones este exceso de luz que conlleva, también, un exceso de temperatura se manifiesta de otra forma más sutil: las hojas pierden el característico color verde amarilleando de forma progresiva. Si es el caso de nuestra planta, bastará con cambiarla a otra ubicación en la que tenga la luz que necesita de forma indirecta.

2. Riego inadecuado, una señal de alarma

El peligro del exceso de riego en orquídeas es evidente: puede desembocar en enfermedades fúngicas. Uno de los mayores enemigos de estas preciosas plantas pero, también, uno de los motivos por los que las hojas de las orquídeas se vuelven amarillas. Pero cuidado: si nuestra orquídea tiene un hongo por exceso de riego, no solo la coloración nos lo indicará. Es probable que aparezcan puntos o, incluso, manchas negras en las hojas que han cambiado de color que, además, tendrán una textura diferente a la habitual.

Pero también puede darse que nuestra orquídea tenga hojas amarillas por falta de riego. En este caso y además del color, las hojas también cambian su textura: también se arrugan.

3. Abonado erróneo, otro aspecto que debemos revisar

Otro motivo por el que una orquídea puede cambiar la coloración de sus hojas. Puede darse tanto porque no sepamos cómo elegir el abono para orquídeas que necesita en cada momento de su ciclo vegetal o, incluso, porque lo estemos aplicando en el momento en el que la planta no lo precisa. Por esta razón es fundamental saber cómo y cuándo fortalecer las orquídeas.

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Pero no es lo único que puede provocar las hojas amarillas: también lo provoca un sustrato desgastado. Un buen motivo para trasplantar nuestra orquídea cada cierto tiempo.

4. Riego con agua dura, otro factor crucial para ellas

Si estás regándola correctamente y, aún así, tu orquídea tiene hojas amarillas es probable que no estés utilizando el agua adecuada. Estas plantas no toleran las aguas duras o con presencia de cal, por lo que lo ideal para ellas es utilizar agua mineral, destilada o de lluvia.

5. Está enferma, el último punto por el que una orquídea tiene las hojas amarillas

El más delicado de todos los escenarios por los que una orquídea tiene las hojas amarillas. Y es que, aunque los hongos son una de las enfermedades de la orquídea más conocidas, no son lo único que aqueja a estas plantas. También pueden ser atacadas por bacterias o virus; y, salvo en el último caso, su presencia también incidirá en la coloración de la hoja.

Y ahora que sabes por qué tu orquídea tiene las hojas amarillas, revierte cuanto antes la situación. Es la mejor garantía para poder seguir disfrutando de su belleza.