Capaces de encandilar, incluso, a los poco amantes de las plantas. Así son las orquídeas: unas plantas que, en apenas unos años, han sabido ganar terreno y popularidad entre aquellas que han roto ese mito de ser difíciles de cultivar. Mucho más resistentes de lo que parece a simple vista, sí hay un aspecto que tenemos que mimar si queremos que nuestra planta crezca con bienestar: el abono para orquídeas.
Un suplemento de nutrientes imprescindible para unas plantas que, por su carácter vegetal, no disponen como otras de esa capacidad de absorber nutrientes de un sustrato fértil. Dado que en estado natural son plantas parásitas y suelen vivir suspendidas de los árboles, la genética de las orquídeas las hace absorber a través de la humedad en sus raíces todo aquello que necesitan para poder vivir, crecer y florecer.

Precisamente por esto, el abono para orquídeas es fundamental para ellas. Un aporte de nutrición y fertilizantes que no se debe seleccionar a la ligera sino, más bien, ha de hacerse acorde a las necesidades específicas de la planta en cada momento de su ciclo vegetativo.
ELEGIR ABONO PARA ORQUÍDEAS SEGÚN EL MOMENTO DE LA PLANTA
Antes de revisar qué abono para orquídeas es el ideal para cada momento de la planta, hay que hacer un inciso. Y es que si bien es cierto que las orquídeas se cultivan en un sustrato inerte o, incluso, con las raíces al aire es imprescindible cambiarlo cada cierto tiempo. A diferencia de los sustratos fértiles, el utilizado para orquídeas suele ser de corteza de pino y no pierde su capacidad nutricional, ya que carece de ella. Sin embargo y dada su porosidad, sí puede atrapar sustancias suspendidas en el ambiente del interior de nuestra casa u oficina.

Por esta razón y dado que la madera no tiene capacidad de regeneración, lo ideal es que cada dos años máximo nos planteemos un cambio de sustrato para nuestra orquídea. Una oportunidad, también, de trasplantarla a una maceta de mayores dimensiones que permita el crecimiento de su sistema radicular de raíces; y una oportunidad, por ejemplo, de eliminar aquellas que hayan podido enfermar si hemos caído en el error de regar en exceso una orquídea.
Una forma de contar con una base sólida para nuestra planta pero, también, con un hábitat saneado ideal para aplicar el abono para orquídeas que requiera en ese momento.
En el cultivo de estas plantas, tenemos que identificar varios momentos específicos que determinarán el tipo de abono para orquídeas a utilizar:
1. Mantenimiento regular
Por las características del sustrato, las orquídeas necesitan un aporte de nutrientes externo como parte de sus cuidados. Un gesto que ayudará a la planta a crecer, y mantener ese bienestar que se traduce en hojas verdes y erguidas que se renuevan de manera alterna.
Para lograrlo, lo ideal es que apliquemos una vez al mes un abono para orquídeas rico en micronutrientes. Podemos optar por utilizar un abono líquido para orquídeas, que incluiremos en el agua de riego; o bien por emplear varitas de abono de lenta liberación. Aunque cualquiera de los dos sistemas es válido, la segunda opción es perfecta para olvidadizos ya que será la propia planta la que tome los nutrientes que necesita, independientemente de la mano humana.

Con estas dosis de abono para orquídeas estaremos, además, ayudando a la planta a aumentar sus defensas. Una forma de protegerla ante cualquier ataque externo.
2. Apoyo a la época de crecimiento y floración
Aunque las características de los distintos tipos de orquídeas varían, en líneas generales prácticamente todas cuentan con un mismo periodo de crecimiento y floración: desde mediados de la primavera hasta comienzos de otoño. Un momento del año que coincide con el incremento de uno de los aspectos fundamentales para el desarrollo de las orquídeas: la incidencia de la luz solar.

Para este momento, el abono para orquídeas que elijamos tiene que tener una mayor concentración de nitrógeno. Un componente fundamental para estimular el crecimiento de la planta, nutriéndola para favorecer así tanto el desarrollo de sus hojas y raíces como el oscuro objeto de deseo de cualquier amante de estas plantas: sus flores. Cómo hacer florecer una orquídea rápidamente es uno de los objetivos de cualquier persona que cultive estas plantas, y para ello el abono es fundamental.
3. Abono para momentos de debilidad de la orquídea
Aunque son plantas increíblemente duras, las orquídeas también pasan en ocasiones por épocas de debilidad.
Además de los hongos, que son la principal amenaza de estas plantas y tienen que combatirse con un fungicida específico para orquídeas, también son objetivo de las plagas más comunes del jardín en los meses de buen tiempo. Tras erradicarlos con un insecticida ecológico en pulverizador, es más que probable que la planta necesite un aporte de fertilizante que le ayude a recobrar su buena forma.

Para este tipo de momentos, tendremos que optar por un revitalizante líquido que o bien pueda ser pulverizado directamente sobre las hojas; o bien podamos aplicar directamente a las raíces, algo que podemos hacer si optamos por un abono para orquídeas en pipetas.
Mimos sencillos de dispensar a nuestra planta que se verán recompensados con el mejor de sus regalos: su maravillosa floración.
