Es uno de los arbustos más habituales en los jardines y espacios público. Algo que choca ya que, a pesar de ello, es un gran desconocido. Quizás sea por su nombre botánico ligeramente complicado, Buddleja davidii. Pero, incluso más que esto, es probable que solemos confundirlo con el Lilo o Lila por la similitud de su floración. Ambas especies son tan parecidas que uno de los sobrenombres de este precioso arbusto con flor es el de Lilo de verano.
Pero no es su único mote. Más allá de las adaptaciones populares de su nombre botánico, como Budelia o Budleia; hay un apodo por el que es mucho más conocido: el arbusto de las mariposas. Y la razón es sencilla: si nos planteamos cómo atraer insectos polinizadores al jardín o sentimos debilidad por ellas, este arbusto será un auténtico aliado. Su floración, que se da en meses de verano, es un auténtico imán para ellas. Y no solo por el aroma de sus flores: sus colores, que oscilan del lila al blanco pasando por el rosa, también les resulta sumamente atractivo.
Por todas sus virtudes, veamos cómo cultivar la Buddleja davidii. Una planta sumamente resistente que, además de su belleza, tiene otra increíble ventaja: no es exigente con sus necesidades.
- 7 CUIDADOS DE LA BUDDLEJA DAVIDII
- 1.La ubicación, sumamente luminosa
- 2. La temperatura, un aspecto a vigilar por el bien de nuestra Buddleja davidii
- 3. El suelo, rico en materia orgánica
- 4. El riego, regular en meses de crecimiento
- 5. El abonado, orgánico y posterior a la floración
- 6. La poda, una tarea fundamental del otoño
- 7. El pulgón y los hongos, los principales enemigos de la Buddleja davidii
7 CUIDADOS DE LA BUDDLEJA DAVIDII
Empecemos comprendiendo un poco más a fondo cuál es la razón para que la Buddleja davidii sea tan especial. Originario de China y Japón, se puede decir que a día de hoy está plantado a lo largo y ancho del mundo. Uno de los motivos principales es su capacidad de desarrollo. De hecho, es perfecto si buscamos arbustos de crecimiento rápido para cercos o para cualquier otra ubicación. Un motivo por el que, en muchos países, está considerada como planta invasiva.

Al margen de la belleza de sus flores, de carácter pequeño y agrupadas en espigas, su forma es otra de sus señas de identidad. Podríamos decir, de hecho, que es uno de esos arbustos con un porte singular. Sus ramas, ligeramente arqueadas cuando se hacen adultas, crecen de forma ramificada: un detalle que le aporta un aspecto silvestre ideal para jardines de inspiración rústica. Pero no solo eso: esta disposición de sus tallos hace, además, que sea un arbusto con una alta densidad de hojas. Unas de forma lanceolada y terminadas en punta que, si bien son de carácter perenne, pueden desaparecer si sometemos a nuestra Budleja davidii a demasiado frío.
Y un último aspecto a considerar antes de ver qué necesita para crecer y florecer. Aunque por su morfología vegetal se suele emplear para hacer cierres o cubrir elementos que no queremos ver, no perdamos de vista algo importante: no suele superar los tres metros de altura.
1.La ubicación, sumamente luminosa
Fundamental para su bienestar pero, sobre todo, para su crecimiento. Por sus características, la Budelia necesita una ubicación de pleno sol o, en su defecto, muy luminosa. Si bien es cierto que también puede cultivarse en semi sombra, es muy probable que no florezca con las ganas y generosidad que la caracterizan.
Aunque lo habitual es plantar este arbusto en el suelo, también admite ser cultivado en maceta. Pero eso sí: tenemos que contemplar que, por grandes que éstas sean, nunca alcanzará las dimensiones de una Budelia con profundidad para tender sus raíces.
2. La temperatura, un aspecto a vigilar por el bien de nuestra Buddleja davidii
Por sus características, la Budelia es amante de las temperaturas medias. Una razón de peso por la que, en muchas ocasiones, es habitual contar con ella si nos planteamos cómo hacer un jardín mediterráneo. Sin embargo, es más que común encontrarla en jardines con medias invernales que distan mucho de las propias de esta zona costera.

Y, si bien es cierto que puede sobrevivir a un invierno frío, es fundamental poner nuestro granito de arena para que lo haga realizando un mulching sobre la superficie y cubriendo nuestro arbusto con una manta térmica de protección.
3. El suelo, rico en materia orgánica
Una de sus singularidades es que es capaz de crecer en casi cualquier tipo de suelo, incluso en los de carácter calcáreo o salino, siempre y cuando éste reúna unas condiciones muy específicas. No solo debe contar con un drenaje eficaz: además, es fundamental que sea rico en materia orgánica como el humus de lombriz.
Si nos planteamos pasarlo de maceta a suelo, no solo tendremos que enriquecer el sustrato con una enmienda orgánica. Tan importante como saber cómo trasplantar esta planta correctamente es hacerlo en el momento adecuado. ¿Y cuál es? El comienzo de la primavera y siempre que ya no haya heladas nocturnas.
4. El riego, regular en meses de crecimiento
Durante la primavera y el verano, el riego es fundamental para el desarrollo de la Buddleja davidii. Y, aunque debe ser regular especialmente en el caso de las plantas jóvenes, no confundamos esto con excedernos. Sus raíces no toleran los encharcamientos y, además de pudrirse, pueden enfermar a nuestro arbusto haciéndola más susceptible de los ataques de plagas.
Durante el resto del año, los riegos serán mucho más espaciados y moderados.
5. El abonado, orgánico y posterior a la floración
Cuando hablamos de abonos y fertilizantes, solemos pensar irremediablemente en los meses de primavera. Sin embargo, algunas plantas como la Budelia cuando realmente lo necesitan es durante la transición entre el buen tiempo y el descanso vegetativo del invierno.

Para ello, lo ideal es utilizar una enmienda orgánica que aplicaremos sobre el suelo al terminar la floración para que se vaya absorbiendo paulatinamente. Una forma de nutrir las raíces y fortalecer nuestro arbusto para aguantar el frío.
6. La poda, una tarea fundamental del otoño
Más allá de retirar las flores marchitas para promover la floración, la auténtica poda del arbusto de las mariposas debe hacerse en otoño. Gracias a esta labor no solo le daremos forma, eliminando las ramas enfermas o que afeen el conjunto. Además, le permitirá que pueda rebrotar con fuerza con la llegada de la primavera.
Si nuestro arbusto está plantado en una zona expuesta a viento, tendremos que podar buena parte de su altura para evitar que el invierno le pase factura.
7. El pulgón y los hongos, los principales enemigos de la Buddleja davidii
Aunque presenta cierta resistencia a las plagas, una Budelia con alguna insuficiencia en su cultivo es sinónimo de ser ataque de plagas. ¿Y cuál es su principal enemigo? El pulgón, seguido de la araña roja. Dos incómodos compañeros que conviene erradicar tan pronto detectemos su presencia con un insecticida acaricida específico.

Pero tan importante o más que mantener a raya a estos insectos es evitar que un exceso de riego provoque una enfermedad fúngica en nuestra Budelia.
Con estos sencillos cuidados, podrás disfrutar de la Buddleja davidii y su singular belleza. Y lo que es todavía más importante: podrás contemplar el aleteo de decenas de mariposas que, al margen de llenar de vida tu jardín o terraza, estarán ayudando a mantener la vida de nuestro planeta.
