Encontrar la respuesta a por qué mi planta no florece es una de las consultas recurrentes en el mundo de la jardinería, y uno de los motivos de desánimo más habituales en el cultivo de plantas de interior pero, también, de plantas de exterior. Y es lógico: conseguir la floración de nuestras plantas es, sin lugar a dudas, el objetivo de cualquier amante de ellas. Una razón de peso para que nos preocupe ver que nuestra planta no alcanza la floración, y nos haga plantearnos qué está pasando.
Pues bien: cuando nos preguntamos por qué mi planta no florece hemos de tener en cuenta distintas variables. Habitualmente, el principal motivo por el que una planta no lo hace es un cuidado inadecuado y, en ocasiones, éste es súper sutil por lo que no somos capaces de detectarlo para corregirlo. Pero no es la única razón: otras veces no lo hace porque desconocemos alguna característica específica de nuestra planta o, incluso, porque nos está indicando así que está sufriendo alguna carencia.
Por todo ello, conviene saber a fondo por qué mi planta no florece. Una forma de solventar lo que sea que esté sucediendo, y poder disfrutar de su más preciado regalo.
- RAZONES POR LAS QUE MI PLANTA NO FLORECE
- 1. La edad, un detalle que pasa desapercibido y que es fundamental
- 2. La ubicación, un aspecto a examen
- 3. La poda en exceso o en un momento inadecuado, otra clave por la que mi planta no florece
- 4. Los nutrientes, un matiz a contemplar desde distintos puntos
- 5. Las raíces, la salud oculta
- 6. El riego en exceso o defecto, un cuidado que hemos de revisar
- 7. Las plagas, otra razón de peso por la que mi planta no florece
RAZONES POR LAS QUE MI PLANTA NO FLORECE
Tan importante como saber por qué mi planta no florece es comprender qué supone esto. Aunque para nosotros son solo flores, para una planta conseguir crearlas y sacarlas adelante es un esfuerzo vegetal importante. Para conseguirlo, nuestra planta debe estar sana y contar con todos los nutrientes que demanda para poder permitirse el desgaste que supone florecer. Algo que conviene saber para valorar ¡pero de verdad! lo que suponen las flores más allá de su belleza.
Cuidar plantas no supone, únicamente, regarlas cuando toque. Hacerlo en condiciones implica dedicarles tiempo y cubrir todas las necesidades que cada especie requiera, tanto si las tenemos dentro de casa como si están fuera. Da lo mismo si optamos por plantas fáciles de cuidar o por otras más complicadas: si no estamos pendientes de sus necesidades, el nivel de dificultad de cultivo será lo de menos. Y, lógicamente, el tiempo que dediquemos a cuidarlas será directamente proporcional a su floración.
Por todo ello, conviene conocer cuáles son los factores que hemos de evaluar cuando nos preguntamos por qué mi planta no florece.
1. La edad, un detalle que pasa desapercibido y que es fundamental
Cada especie vegetal tiene unas características en lo que respecta a su madurez. Solo las plantas que la han alcanzado pueden florecer de forma regular, por lo que conviene averiguar si la razón por la que nuestra planta no lo hace responde a que es demasiado joven.
Mientras, por ejemplo, el Pensamiento florece en un plazo breve de tiempo; si revisamos los cuidados del Rododendro encontraremos la respuesta a que nuestro arbusto no florezca. Necesitará algunos años para hacerlo, pero eso sí: una vez lo haga, no se detendrá.
2. La ubicación, un aspecto a examen
Y fundamental. En muchas ocasiones, el lugar en el que colocamos una maceta o plantamos una planta se define por nuestros gustos y no por las necesidades propias de cada especie. Algo que repercute directamente en la floración, ya que es más que probable que nuestra planta no esté recibiendo la cantidad de luz que precisa. No hablamos, únicamente, de un defecto de luz: exponer a pleno sol a una planta que no lo tolera es igual de negativo para su desarrollo y, por ende, para que forme sus flores. Por ello, conviene estar atento a los signos de enfermedades en las plantas o, dicho de otra manera, a cómo nuestra planta nos lanza señales de alerta. Solo corrigiendo este detalle es más que probable que encontremos la respuesta a por qué mi planta no florece.

Tan importante como la luz es hasta qué punto una determinada ubicación reúne las condiciones de temperatura que nuestra planta necesita para estar sana y florecer. Un exceso de frío en especies que no son tolerantes no solo hará que no florezcan: incluso puede acabar con ellas. Por eso, es fundamental optar por plantas vivaces resistentes al frío para evitarnos disgustos o, incluso, conocer flores de invierno de exterior que no tendrán problema con las bajadas de temperaturas.
Algo que no solo sucede con la bajada de temperaturas, sino también con el aumento. Exponer a demasiado calor a plantas que no se llevan bien con los grados de más también les pasará factura. Por ello, no está de más saber cuáles son las plantas de exterior resistentes al calor.
3. La poda en exceso o en un momento inadecuado, otra clave por la que mi planta no florece
Si eres de tijera rápida y podas sin tener en cuenta si es buen momento o cómo es tu planta, es más que probable que en ese impulso tuyo radique por qué una planta no florece. Más allá de saber cómo podar correctamente las plantas, es importante conocer a fondo cuáles son las necesidades de poda de cada ejemplar que tengas. ¿La razón? Algunas plantas, como la Hortensia, crean sus capullos de flor el año antes de florecer.
Es más: la poda puede ser incluso perjudicial para la salud de tu planta si no la requiere o la llevamos a cabo en un momento inadecuado. Recuerda que no deja de ser una herida.
4. Los nutrientes, un matiz a contemplar desde distintos puntos
Otro de los motivos más recurrentes para comprender por qué mi planta no florece. Aunque las reguemos de manera regular, las plantas necesitan otros aportes minerales y orgánicos para poder mantener su bienestar. Una forma de alimentarlas, especialmente si las cultivamos en maceta, que es clave para su salud y, también, para que puedan florecer.

Por ello y tan importante como ser regulares en el uso de fertilizantes es crucial elegir entre los distintos tipos de abonos para plantas cuál es el que nuestra planta demanda. Y no nos referimos, únicamente, a utilizar el abono adecuado sino, también, a adecuarlo al momento vegetativo de nuestra planta. Y nada como verlo con un ejemplo claro: según el momento del año, el abono para orquídeas debe ser diferente en función de si buscamos fortalecer nuestra planta, ayudarla a florecer o, simplemente, renovar sus nutrientes.
Pero, como decíamos, los nutrientes de las plantas no deben considerarse solo en lo que respecta a los abonos. El suelo en el que viven también puede poner su granito de arena en retrasar o hacer que no suceda la floración. Por eso y además de comprobar si los sustratos son los que precisa nuestras plantas o si están muy agotado, hemos de comprobar si tiene el pH que nuestra planta necesita. Aunque pueda parecer algo secundario, es vital cuando nos preguntamos qué son las plantas ácidas y cuáles sus necesidades.
5. Las raíces, la salud oculta
No lo dudes: cómo luzca tu planta o, incluso, cómo florezca está íntimamente ligado con el estado de sus raíces. En el caso de las plantas cultivadas en maceta, una razón por la que una planta no florece es por falta de espacio en las raíces. Un hecho que se detecta en muchas ocasiones de una forma sumamente sencilla: observando cómo éstas salen por los agujeros de drenaje. Si el motivo es este,tiene una solución tan sencilla como saber cómo trasplantar plantas y aplicarlo.
Pero ojo: la buena salud de unas raíces no depende solo de espacio. Tanto en las plantas en maceta como en las plantas plantadas directamente en suelo tendremos que revisar si tienen un drenaje correcto que evacúe el exceso de agua.
6. El riego en exceso o defecto, un cuidado que hemos de revisar
Aunque parece algo sencillo, regar correctamente tiene su miga. No nos referimos únicamente a hacerlo, por ejemplo, evitando mojar las hojas en las especies que no lo toleran. Nos referimos, también, a regar en la cantidad justa que nuestra planta necesita. Sin más ni menos.
Mientras un exceso de riego puede pudrir las raíces, un defecto puede debilitar nuestra planta evitando que florezca e, incluso, comprometiendo su vida. Así y en lugar de saber cómo recuperar una planta con exceso de agua vale más conocer a fondo lo que necesita y observar cómo reacciona en los días posteriores a regar.
7. Las plagas, otra razón de peso por la que mi planta no florece
Un aspecto crucial para que una planta no florezca. Más allá de que todas las razones que acabamos de ver provocan la ausencia de floración, su peso es mucho más importante: todas ellas tienen una repercusión directa en la buena salud de una planta. ¿Y cuál es la consecuencia? La aparición de plagas.
Una planta bien regada, correctamente nutrida y con la iluminación que precisa será una planta sana; y, por tanto, presentará resistencia ante la presencia de esos insectos dispuestos a alimentarse de ella. Sin embargo, una planta enferma es susceptible a la aparición de plagas. Y no: si nuestra planta cuenta con alguno de estos visitantes, difícilmente podrá florecer. Conseguir sobrevivir será el principal objetivo.
Y ahora que conocer las muchas respuestas a por qué mi planta no florece ¿sabes qué es lo que hace que la tuya te prive de tu regalo más precioso?


