El hámster albino es una maravillosa rareza de la naturaleza que debemos conocer en detalle para cuidar correctamente de su salud. Unos pequeños mamíferos que, si bien muchos piensan que constituyen una raza en sí misma, son únicamente animales con una condición genética específica. Y es que, por casualidades de la naturaleza, su cuerpo no puede producir melanina: el pigmento que da color a los ojos, la piel y el pelo.
Identificar si tenemos un hámster albino es crucial. Basta con echar un vistazo a los cuidados de una mascota albina para hacernos una idea de que, a pesar de que los cuidados del hámster para mantenerlo sano no cambian si es albino, sí debemos tener ciertas precauciones. Y no nos referimos, únicamente, a las que podríamos pensar relacionadas con su piel por ser más sensible a la luz. Además de eso, un hámster albino presenta ciertas características físicas que debemos conocer.

Y hay un matiz más que nos obliga a saber si tenemos un hámster albino. Fruto de esas singularidades que marca el albinismo, es muy posible que tenga un comportamiento ligeramente distinto al que podemos considerar común en los hámsters. Otro motivo más para conocer a fondo qué supone que el nuestro sea albino y que incidirá, incluso, en nuestra forma de relacionarnos con él.
- ¿CUÁLES SON LAS CARACTERÍSTICAS DEL HÁMSTER ALBINO?
- 1. ¿Cuáles son los signos físicos del albinismo en hámsters?
- 2. ¿Cómo es su comportamiento?
- Su olfato, extremadamente delicado
- 3. ¿Cuánto vive un hámster albino?
- 4. ¿Qué hámsters son más propensos a ser albinos?
- CUIDADOS ESPECIALES DEL HÁMSTER ALBINO
- 1. Protege sus ojos, clave para la salud del hámster albino
- 2. Evita el estrés, fundamental
- 3. Enriquece su habitáculo con ciertas precauciones
- 4. Promueve el juego con él respetando sus ciclos naturales
- 5. Cuida de su lecho, la última precaución si tienes un hámster albino
¿CUÁLES SON LAS CARACTERÍSTICAS DEL HÁMSTER ALBINO?
1. ¿Cuáles son los signos físicos del albinismo en hámsters?
El punto de partida imprescindible es evaluar su físico. Y aquí es fundamental comenzar rompiendo un mito. Se suele creer erróneamente que todos los hámsters blancos son albinos, y no es forzosamente así. Además de la ausencia de color en el pelaje, hay dos detalles más que nos permitirán confirmarlo sin lugar a dudas.
El primero de todos y, quizás, el más singular es la coloración de sus ojos. Los ojos de un hámster albino son rojos o rosas. Un factor determinante para confirmar el albinismo y que responde a que la ausencia de pigmento permite ver los vasos sanguíneos situados tras el iris. Si tenemos un hámster blanco y sus ojos son oscuros, podemos descartar que sea albino.
Además de en la vista, tendremos que fijarnos en detalle en su piel. La ausencia de melanina provoca que la piel sea de color rosado sin presencia alguna de pigmentación traducida en manchas más oscuras o cambios de tonalidad en la piel. Un tono especialmente evidente en las zonas donde no hay pelo como son orejas, nariz o patas.
2. ¿Cómo es su comportamiento?
El albinismo no solo se manifiesta en la coloración de la piel o de los ojos sino que, además, tiene un impacto directo en su organismo que identificaremos a través de su comportamiento.
Aunque solemos pensar que la única función de la melanina es dar color a ojos, piel o cabello no es exactamente así. La ausencia de este pigmento es la responsable de que los animales albinos tengan problemas de visión además de sensibilidad a la luz. Y no solo eso: en algunos casos, también provoca sordera.
Por todo ello, el hámster albino suele ser más asustadizo ante estímulos que le sorprenden como puede ser un luz muy brillante o ruidos fuertes. Si bien el hámster es un animal eminentemente nocturno, uno albino lo será todavía más debido a su poca tolerancia a la luz. En lo que respecta a socializar, es importante hacerlo desde muy pequeños y con mucha paciencia. Recuerda que no ven bien y, en algunos casos, tampoco oyen por lo que entablar contacto físico con ellos debe ser paulatino y sumamente respetuoso.

Su olfato, extremadamente delicado
En contraprestación a su falta de visión o sus problemas de oído, otra de las características del hámster albino es que tiene sumamente agudizado el olfato. Algo muy positivo sobre todo para socializarlo y poder entablar con él una relación cercana ya que podemos valernos de alguna de las frutas que pueden comer los hámsters o de algún premio para acercarnos a él.
3. ¿Cuánto vive un hámster albino?
Exactamente lo mismo que un hámster que produce melanina. La esperanza de vida de estos pequeños mamíferos depende, en gran medida, de la tipología de hámster. El hecho de ser albino no acorta o alarga su vida.
4. ¿Qué hámsters son más propensos a ser albinos?
Como decíamos al principio, un hámster albino es una rareza de la naturaleza y, como tal, no es tan habitual. De entre los distintos tipos de hámster que existen, solo hay uno con cierta propensión al albinismo: el hámster sirio.
CUIDADOS ESPECIALES DEL HÁMSTER ALBINO
Comprendido que tener un hámster albino es un regalo extraordinario de la naturaleza, es momento de conocer sus cuidados específicos. En líneas generales, cuidar de ellos es tan sencillo como seguir rigurosamente las indicaciones de nuestra guía completa sobre hámsters. Y es que, en el grueso de los cuidados, un hámster albino necesita las mismas atenciones que uno que no lo es respecto a su alimentación, pauta de limpieza o necesidad de juego.
Sin embargo y dada su condición especial, a los cuidados generales tendremos que sumarle ciertas precauciones para velar por su correcta salud.
1. Protege sus ojos, clave para la salud del hámster albino
Es importante comprender que estos hámsters presentan una sensibilidad extrema a la luz. Un factor que puede desestabilizarles e, incluso, provocarles un daño irreversible en la visión por el impacto que tiene en unos ojos que no son capaces de regular la entrada de luminosidad.
Por este motivo y para que nuestro hámster tenga bienestar, es tan importante colocar su habitáculo en un espacio con luz tenue e indirecta como evitar que esté expuesto tanto a luz solar directa como a luz artificial fuerte, como la luz LED.
Además y para velar por su salud, es importante incluir en su habitáculo escondites o nidos completamente opacos que les sirvan de refugio durante las horas del día.
2. Evita el estrés, fundamental
El estrés es uno de los principales motivos de buena parte de las enfermedades comunes en el hámster y, si bien es importante evitarlo en el caso de todos los hámsters, en el del albino lo es todavía más. Tengamos en cuenta que las peculiaridades de su visión y de su audición le hacen más susceptible ante cualquier sobresalto.
También debido a esta sensibilidad, es importante que controlemos la temperatura del espacio en el que esté para que no sea ni fría ni demasiado caldeada. Por último, asea su jaula de la forma menos invasiva para él.

3. Enriquece su habitáculo con ciertas precauciones
La importancia de los juguetes para los pequeños roedores es manifiesta. No solo les sirve de estímulo intelectual sino, sobre todo, físico. Sin embargo, en el caso del hámster albino tendremos que tomar algunas precauciones. Recordemos que su vista es precaria, por lo que es fundamental evitar siempre juguetes de más de un piso desde el que pueda caerse.
4. Promueve el juego con él respetando sus ciclos naturales
Y una forma de evitar tanto que dañe sus ojos como que se estrese. Como decíamos, un hámster albino tendrá tendencia natural a ser eminentemente nocturno. Por ello y con vistas a mantener la socialización y estrechar nuestro vínculo, es fundamental que la rutina de juego y contacto sea durante la noche.
De esta forma, estarás respetando sus ciclos naturales y, además, estarás garantizando que disfrute del rato de juego contigo.

5. Cuida de su lecho, la última precaución si tienes un hámster albino
Es el último de los cuidados específicos que debemos tener en cuenta. Como ya te habrás imaginado, los ojos de un hámster albino son sumamente delicados. Por eso y si te preguntas cuál es el mejor lecho para hámsters, en este caso la respuesta es sencilla: uno que no suelte polvo.
Por ello, elegir un lecho de papel nos permitirá cuidar de su higiene al tiempo que cuidamos de sus ojos. Con un añadido: no tienen aroma. Un punto a favor para evitar molestar el exquisito olfato de estos pequeños roedores.


