Es una de las plantas de exterior más espectaculares que existen. Y, aunque normalmente se plantan directamente en suelo, cultivar Camelias en maceta es posible sabiendo lo que necesita. Si bien no es su ubicación habitual, ya que se utilizan incluso para crear setos, es posible tenerla en contenedores si su destino es una terraza, un patio o un balcón. Otra forma de disfrutar de uno de los arbustos con flor más espectaculares que existen.
Y no: el esplendor de las Camelias no responde únicamente a su preciosa floración, que comienza en meses de invierno y se prorroga hasta bien entrada la primavera. Se debe, también, a que es uno de esos arbustos que con las condiciones idóneas puede llegar a tener unas dimensiones más que interesantes. ¿De qué altura estamos hablando? Puede llegar a medir hasta 10 metros de altura cultivada en el suelo.
Por todo ello, veamos cómo cultivar Camelias en maceta con éxito. Una forma de tener una planta de hoja perenne que, durante un buen número de meses al año, se llena de colorido con unas flores de larga duración.
CONSEJOS PARA TENER CAMELIAS EN MACETAS
Empecemos sabiendo algo importante sobre las para evitar que nos frustremos con su cultivo. Para empezar, tener Camelias en macetas implica que su desarrollo estará supeditado al tamaño de su contenedor. Y no: por más que usemos macetas de buenas dimensiones, no crecerán de la misma manera que plantadas en el suelo. Pero que nadie se desanime: incluso así, podrán alcanzar hasta los tres metros de altura.

Además de esto, hay otro detalle más a contemplar. La Camelia es una planta de crecimiento lento por lo que si, estamos pensando en ella como parte de nuestros arbustos de crecimiento rápido para cercos o cierres, tendremos que descartarla.
Teniendo en cuenta este par de detalles, veamos cómo cuidar las Camelias en macetas. Un cultivo que no conlleva una gran dificultad, pero que sí tiene ciertas peculiaridades.
1. La ubicación, importante para su floración y su bienestar
Empecemos dejando algo claro. Cultivar Camelias en maceta no debe ser sinónimo de tenerlas dentro de casa. Lamentablemente, no es su espacio ideal ya que tanto para sobrevivir como para florecer necesitan alteraciones de temperatura e, incluso, frío.
Al margen de esto y para que nuestras Camelias prosperen, tendremos que buscarle una ubicación de semisombra en la que reciba sol a primeras horas de la mañana y sombra en la tarde. Importante mantenerla alejada del sol directo: no lo tolera.
2. El suelo, clave para cultivar Camelias en maceta con éxito
Es, sin lugar a dudas, lo más importante para cultivar correctamente Camelias en maceta. Y es que del suelo que le procuremos dependerá, en gran medida, el bienestar de nuestra planta. Para empezar, es crucial saber que debemos utilizar un sustrato para plantas ácidófilas. Solo sabiendo qué son las plantas ácidas en detalle comprenderemos la importancia de que el suelo cuente con el pH que demandan. Pero cuidado: también es importante que cuente con un porcentaje de sustrato universal. Un suelo que mejorará la humedad del suelo, cosa que nuestra planta agradecerá.

Pero hay un detalle todavía más importante que el tipo de suelo. Y es que, para que nuestra Camelia prospere cómo debe, es vital preparar una buena capa de drenaje. Hablamos de una planta demandante de humedad que, sin embargo, no tolera los encharcamientos. Razón de peso para que, cuando la cultivamos en maceta, tengamos que hacer especial hincapié en el sistema de evacuación de riego colocando una buena capa de grava o bolas de arcilla en la base de la maceta.
3. La maceta, de buen tamaño y preferiblemente de barro
Tan importante como el tipo de suelo. Para que nuestras Camelias se desarrollen correctamente, es fundamental que dispongan de un buen espacio en el que crecer. Solo así este arbusto tenderá en profundidad sus raíces, y promoverá el desarrollo de la parte aérea de la planta. ¿Y qué sucede cuando nuestra planta haya agotado el espacio de crecimiento? Que tendremos que pasar revista a cómo trasplantar Camelias para procurarles una maceta de mayor tamaño sin hacerles ningún daño.
Además de las dimensiones de las macetas, hay que contemplar también el material en el que están elaboradas. De entre todos los tipos de macetas, lo ideal es optar por una de barro. Gracias a su porosidad, facilitarán la evacuación del agua sobrante de riego mientras que mantendrán la frescura de las raíces.
4. El abonado, crucial para su desarrollo
Como cualquier planta cultivada en un espacio reducido, la Camelia agotará los nutrientes que tiene a su disposición a medida que crezca. Algo que nos obligará no solo a trasplantar sino, también, a abonar de forma regular para que cuente con todo lo que necesita para su desarrollo.

Para ello y además de optar por abonos y fertilizantes específicos para plantas ácidas, lo ideal es que además sea líquido. De esta manera, los nutrientes podrán llegar a las raíces de forma más eficaz.
5. El riego, regular y generoso
Basta con repasar cómo cuidar las Camelias para descubrir que son arbustos con una alta demanda de agua. Algo que no podemos desatender especialmente cuando cultivamos Camelias en macetas. A diferencia de cuando están plantadas en el suelo, en estos contenedores nuestras plantas no tienen capacidad de conseguir agua más que cuando nosotros se la proveemos.
Tan importante como no olvidar la pauta de riego es hacerlo con el agua correcta. La Camelia no tolera las aguas duras o calizas, por lo que siempre optaremos por aguas blandas y, sobre todo, por agua de lluvia.
Y ahora que sabes cómo ¿te animas a tener Camelias en macetas? ¡Disfrutarás de su increíble belleza sin demasiado trabajo!
