Por más misión imposible que nos pueda parecer, limpiar un jardín abandonado o descuidado no es una labor titánica. Revertir ese estado demanda, únicamente, tres ingredientes fundamentales: dedicación, tiempo y saber cómo tenemos que abordarlo. Tres aspectos que, bien empleados, nos permitirán hacer de cualquier pseudo selva un jardín aseado, atractivo, sano y, sobre todo, dispuesto a ser espacio de disfrute seguro. Y decimos seguro porque el abandono puede traer consigo pequeños peligros que pasan desapercibidos y que pueden impedirnos disfrutar de este espacio exterior.
Cuando hablamos de un jardín abandonado, nos viene a la cabeza la imagen de uno en el que hace décadas que nadie pone un pie. Y no es exactamente así. Un jardín abandonado o descuidado es, por ejemplo, el que tenemos que enmendar en una segunda vivienda a la que solo vamos en verano o, incluso, el de nuestra propia casa al finalizar el invierno si no hemos seguido los cuidados estacionales para el jardín indicados en cada momento del año.
Y, aunque podríamos pensar que tener que limpiar un jardín descuidado o abandonado es un castigo, veámoslo de otra manera. Tener que volver a transformarlo en un espacio amigable es, también, una oportunidad única de cambiar su diseño acorde con lo que queremos disfrutar. Una forma de valernos de las claves para el diseño de jardines para darle la forma que queremos, cambiar las plantas o, incluso, destinarlo a un uso diferente al que tenía inicialmente.
- CÓMO LIMPIAR UN JARDÍN DESCUIDADO O ABANDONADO, PASO A PASO
- 1. Sanear el terreno, el punto de partida para limpiar un jardín
- 2. Limpiar y podar árboles o arbustos
- 3. Hacer balance del estado del césped, también del artificial
- Cómo limpiar el césped artificial de un jardín
- 4. Revisar los sistemas de riego, otro de los puntos imprescindibles de limpiar un jardín
- 5. Sanear la piscina y el estanque
- 6. Poner a punto el suelo, las macetas y las piedras: algo que no debemos olvidar
- Cómo limpiar macetas de barro
- Cómo limpiar piedras blancas de jardín
- 7. Renovar cierres y mobiliario, el último punto de limpiar nuestro jardín
CÓMO LIMPIAR UN JARDÍN DESCUIDADO O ABANDONADO, PASO A PASO
Limpiar un jardín en el que es evidente el paso del tiempo y la falta de cuidados puede parecernos una tarea inabarcable. Una sensación lógica que no se ajusta a la realidad ya que para revertir la situación solo necesitamos hacer una lista de tareas a realizar y llevarlas a cabo siguiendo un orden lógico que nos permitirá, con cada labor, estar más cerca de nuestro objetivo.
Y, aunque cada jardín tiene sus propias peculiaridades, la lista de labores y el orden a seguir viene ser siempre muy similar. Así que, aunque hemos contemplado todas las posibilidades que se nos ocurren, no dudes en adecuar este paso a paso a las necesidades de tu jardín.
1. Sanear el terreno, el punto de partida para limpiar un jardín
El paso del tiempo y la falta de cuidados son un hecho visible en nuestro jardín. No es solo una cuestión de estética. Ambas cosas se traducen en una proliferación de las hierbas adventicias y en un empobrecimiento del terreno. Y es que el suelo, además de compactarse, suele perder nutrientes como consecuencia de las condiciones climatológicas sumadas a la falta de atención.
Para comenzar a limpiar el jardín tendremos que centrarnos en sanear el terreno. No hablamos únicamente de saber cómo erradicar las malas hierbas convenientemente, para evitar que vuelvan a aparecer. Nos referimos, también, a desbrozar a fondo y eliminar hojas u otros elementos que puedan entorpecer.

Tan importante como esto es seguir a rajatabla los pasos de cómo preparar el terreno para sembrar en primavera, ya que aplican a la perfección a limpiar un jardín. Y es que, tanto si nos planteamos plantar de cero como si tenemos que sanear el suelo, descompactar el terreno y oxigenarlo son claves para albergar la nueva vida que decidamos plantar. Además es importante nutrir el suelo con una enmienda orgánica que enriquezca el suelo como el mantillo. Mezclándola con la tierra que ya tenemos o, incluso, utilizando un nuevo sustrato si está muy agotado el suelo de nuestro jardín conseguiremos mejorar sus cualidades para poder volver a plantar.
2. Limpiar y podar árboles o arbustos
Además del suelo, el estado de árboles y arbustos será lo más llamativo en un espacio verde descuidado. Fruto del tiempo, habrán crecido de forma desordenada, pueden estar enfermos e, incluso, haber invadido espacios que no les corresponden. Podar arbustos y árboles es una tarea fundamental para su salud. Solo gracias a estos cortes pueden crecer con la forma que necesitan o, incluso, hacerlo en condiciones. Porque, si no eliminamos las ramas en mal estado, éstas pueden estar robándole energía a la planta.
Por eso y como parte de limpiar un jardín debemos plantearnos una poda de limpieza en condiciones. No solo eliminaremos todas las ramas en mal estado sino que, además, tendremos que procurar darles forma. Tan importante como hacerla bien es llevarla a cabo sabiendo qué herramientas de poda utilizar para cada labor. No podemos perder de vista que podar es infligirle una herida a nuestras plantas y que esa herida puede ser una oportunidad para que los hongos se ceben con ella. Por eso no está de más hacer los cortes con cautela, siempre tratando de dañar lo menos posible las ramas y utilizando una pasta selladora para evitar posibles plagas.

Con nuestros árboles y arbustos limpios, es momento de pasarles revista a fondo. Porque, más allá de la limpieza, es importante conocer su estado de salud. Si detectamos hongos o cualquier otro tipo de plaga, tendremos que tomar cartas en el asunto sin dejar pasar más tiempo. Y es que eliminar las plagas del jardín a tiempo es clave para que nuestra naturaleza vuelva a resurgir con salud.
3. Hacer balance del estado del césped, también del artificial
El césped es, probablemente, uno de los espacios que más denotan el abandono. Más allá de su mal aspecto, es habitual que nos encontremos con dos problemas. Por un lado, la proliferación de malas hierbas que han podido, incluso, acabar con las semillas de césped. Por otro, la presencia de hongos en determinadas áreas del jardín. Sumado a este par de aspectos, un césped sin cuidar presentará siempre compactación del terreno y falta de nutrientes.

Antes de más, tendremos que segar primero y escarificar después el terreno a conciencia. Una tarea que suele formar parte de los cuidados del césped en febrero y octubre, y que es clave para recuperar el suelo. Gracias al escarificado, lograremos descompactar el terreno y oxigenarlo. Tras estas tareas, nada como utilizar un recebo antes de volver a sembrar el césped eligiendo las semillas adecuadas para nuestro tipo de jardín. Y, sin duda, utilizar un abono para césped. Nuestro suelo necesitará nutrientes para ser la cuna ideal de nuestra nueva hierba.
Cómo limpiar el césped artificial de un jardín
Incluso si tenemos césped artificial en nuestro jardín poco atendido, es más que probable que presente síntomas de abandono. Unos que nos obligarán a hacer una limpieza profunda además de llevarnos a desinfectar el césped artificial. Una forma no solo de devolverle su estética sino, sobre todo, de hacer de él una superficie segura para el disfrute.
4. Revisar los sistemas de riego, otro de los puntos imprescindibles de limpiar un jardín
El riego es otro de los grandes damnificados del paso del tiempo. Las gomas de los distintos tipos de mangueras de jardín o de sistemas de riego se endurecen e, incluso, se cuartean como consecuencia de la inactividad y las heladas. Por eso y para garantizar que nuestras labores para recuperar un jardín abandonado llegan a buen puerto, no podemos desatender este aspecto. Por eso, es importante que probemos su funcionamiento prestando atención a posibles fugas de agua que es crucial detectar sobre todo si nos planteamos cómo ahorrar agua de riego en el jardín en verano.
Lo más probable es que tengamos que renovar mangueras y, probablemente, plantearnos instalar algún tipo de sistema de riego.
5. Sanear la piscina y el estanque
Son dos de los grandes damnificados de cualquier jardín desatendido o abandonado, y dos de los puntos de este espacio que más trabajo nos demandarán.
Si no hemos realizado el invernaje de la piscina, es muy probable que tengamos que plantearnos vaciar buena parte de ella para utilizar agua nueva. Más allá de seguir al pie de la letra los pasos para la puesta a punto de la piscina de cara al verano, tendremos que emplearnos a fondo en la limpieza de toda su superficie antes de plantearnos siquiera añadir agua.
Si en lugar de piscina tenemos un estanque, la situación es muy similar. Es muy probable que el agua esté estancada y que no haya plantas ni peces, por lo que lo ideal será vaciarlo para poder limpiarlo a conciencia. Una vez hecho esto, será momento de saber cómo mantener el agua limpia de un estanque.
6. Poner a punto el suelo, las macetas y las piedras: algo que no debemos olvidar
Y que son fundamentales a la hora de limpiar un jardín. Tanto en el caso de las macetas como del suelo, es muy probable que se haya acumulado musgo. En el caso del suelo y por seguridad, tendremos que retirarlo ayudándonos de una hidrolimpiadora y un cepillo de cerdas duras.
Cómo limpiar macetas de barro
Si necesitas saber cómo limpiar macetas de barro a las que el paso del tiempo ha pasado factura, tendrás que seguir unos pasos similares. Unos que podremos aplicar tanto si nos preguntamos cómo limpiar macetas de barro con plantas como si están vacías. Y es que, para conseguir nuestro objetivo, lo ideal es sacar la planta del contenedor para poder limpiarla a conciencia.
Comenzaremos cepillando con un cepillo de cerdas duras tanto el interior como el exterior para retirar la suciedad menos adherida. Una vez hecho esto, lo ideal es meterlas a remojo en agua tibia añadiendo una parte de vinagre blanco. Tras dejarlas sumergidas durante media hora, volveremos a insistir con el cepillo de cerdas duras para retirar lo que quede. Si algún residuo se nos resiste, es posible utilizar una lija fina para terracota. Una vez saneadas, dejaremos secar al sol.
Cómo limpiar piedras blancas de jardín
El uso de piedras blancas de jardín, como la grava o el canto rodado, es muy habitual en aquellos espacios verdes que buscan una estética diferente. Si nos encontramos con la presencia de estos áridos en nuestro jardín desatendido o abandonado, será importante limpiarlos como parte de la limpieza del jardín.
Para ello y utilizando un rastrillo, tendremos que retirarlas del lugar en el que están para colocarlos en una carretilla o en cubos. Tras enjuagarlos con la manguera, utilizando sobre ellas buena presión, lo ideal es meter los áridos a remojo en una solución de agua y vinagre. Tras 30 minutos, será momento de aclarar y, si es necesario, de cepillar con un cepillo de cerdas duras.
Si necesitamos limpiar las piedras blancas in situ, comenzaremos barriendo para retirar polvo, hojas secas y toda la suciedad superficial. Una vez hecho esto, tendremos que aplicar agua a presión yendo zona por zona. Es importante hacerlo poco a poco y creando zonas pequeñas para evitar el barro. Por último, podemos regar con una mezcla de agua con vinagre. Es recomendable llevar a cabo esta tarea en días cálidos y con sol, ya que la luz nos ayudará a blanquear de forma natural las piedras.
7. Renovar cierres y mobiliario, el último punto de limpiar nuestro jardín
El último aspecto importante que solemos olvidar a la hora de recuperar un jardín abandonado. Nos centramos en las plantas y en el césped sin caer en que el resto de la arquitectura del jardín es igual de importante. Y lo es por una cuestión muy básica: nuestra propia seguridad.
Más allá de pasar revista a anclajes y vallas para reparar lo que haga falta, tendremos que echarle un ojo en profundidad a nuestro mobiliario. Lógicamente, el descuido trae de la mano el abandono a la hora de cuidar los muebles de jardín según su material. Por eso, nada como hacerles una puesta a punto para ver si es posible alargarles la vida o, directamente, llevarlos a un punto limpio.
¿Te has enfrentado alguna vez a la tarea de limpiar un jardín? ¿Has seguido estos mismos pasos? ¡Cuéntanoslo!




