Ahora que la primavera comienza a aparecer, es momento de erradicar las malas hierbas del jardín. Unas que, probablemente, habrán prosperado durante los meses de invierno y que, sin duda, lo harán todavía más cuando las temperaturas comiencen a templarse y las horas de incidencia solar aumenten. Las malas hierbas no son únicamente unas compañeras poco estéticas de nuestro césped, plantas o macetas. Añadido, es importante comprender hasta qué punto su presencia es negativa para nuestra naturaleza.
Erradicar las malas hierbas del jardín es una labor que va más allá del mero saneamiento. Su presencia junto con nuestras plantas ornamentales o césped tiene una influencia nociva en su salud. Por un lado, estas intrusas son auténticas ladronas de los recursos que cualquiera de nuestras plantas necesitan: compiten con ellas por el agua, los nutrientes de la tierra y la luz. Pero, sobre todo, lo hacen de una manera más preocupante: en las raíces. Su capacidad de crecimiento subterránea suele ser invasiva, por lo que pueden arrinconar el crecimiento de nuestras plantas de manera silenciosa.

Por si estos aspectos no fueran lo suficientemente importantes, hay que contemplar otro más: erradicar las malas hierbas del jardín es una manera de mantener nuestras plantas protegidas de hongos y enfermedades. Y es que estas compañeras poco deseadas de cualquier espacio verde son íntimas amigas del oidio y un auténtico imán para plagas, como el pulgón o la cochinilla.
CLAVES PARA ERRADICAR LAS MALAS HIERBAS DEL JARDÍN
Antes de entrar en pormenores y ver en detalle algunos consejos fundamentales para erradicar las malas hierbas del jardín, empecemos por la fundamental: la prevención. Algo fundamental que nos evitará muchos quebraderos de cabeza y que, si bien no es absolutamente infalible, sí aliviará en gran medida la invasión de estas plantas enemigas llamadas también adventicias.
Para evitar su aparición desde el principio, es vital que realicemos dos labores. Por un lado, trabajar a conciencia la tierra antes de plantar en ella ya sea césped o plantas. Una tarea que implica eliminar, incluso, los 20 centímetros de capa superficial de sustrato que tengamos. Haciéndolo estaremos eliminando también las malas hierbas que pueda haber y, de paso, sus raíces.

Una vez realizada esta labor de arar la tierra, lo ideal es cubrir la superficie con un sustrato orgánico o mantillo de calidad. Con él, nos estaremos garantizando que al ser de origen controlado no cuente con semillas de plantas adventicias entre su tierra. Algo que podemos replicar también en macetas y maceteros, ayudando así a nuestras plantas a crecer desde el principio libres de malas compañías.
Si hablamos de césped, maceteros o macetas ya consolidadas y enraizadas, podemos llevar a cabo una serie de tareas que nos sirvan para erradicar las malas hierbas del jardín tanto de manera puntual como definitiva.
1. Acolchar el terreno
El acolchado es una técnica muy común en jardinería que no solo sirve con fines estéticos o para proteger las raíces de nuestras plantas ante el frío; sino que, además, puede ser clave para mantener la humedad del sustrato y, de paso, para erradicar las malas hierbas del jardín. Gracias a su presencia, estas plantas tendrán más complicado poder enraizar y crecer ya que el propio acolchado ejerce una función de barrera.
Podemos optar por dos tipos de acolchado. Si elegimos el acolchado orgánico, estaremos aportándole a nuestro jardín una fuente de nutrientes a medio plazo ya que su descomposición es lo que aporta al terreno. Turba, compost, mantillo o corteza de pino decorativa son algunos de los acolchados orgánicos por los que podemos optar para todo lo anteriormente descrito.

Si nos inclinamos más por el acolchado con áridos, no estaremos aportándole al suelo nuevos nutrientes pero sí dotando a nuestro jardín de un carácter decorativo único. Gravas o marmolina en el color que prefiramos nos permitirán jugar con las texturas y tonalidades de nuestro espacio a la vez que contribuirán a erradicar las malas hierbas del jardín.
Otra práctica común para erradicar las malas hierbas es combinar el uso de estos acolchados con la instalación de una malla geotextil. Un accesorio muy habitual en el huerto que, sin embargo, también puede ser más que útil para el jardín ya que servirá como primer freno de crecimiento de estas plantas poco deseables.

Más allá de su función, hay que contemplar algo: es importante conocer bien qué tenemos plantado en cada lugar del jardín antes de colocarlo, ya que las mallas geotextiles impiden el crecimiento de cualquier cosa que esté bajo ella. Algo que puede afectar, por ejemplo, a los bulbos de primavera o de otoño que tengamos plantados.
2. Utilizar plantas tapizantes para erradicar las malas hierbas
¡La lucha de la naturaleza en estado puro! Y es que no hay como jugar con los múltiples tipos de plantas tapizantes para evitar la proliferación de las plantas adventicias. Dado que este tipo de plantas crece a ras de suelo y lo hacen de manera casi invasiva, utilizarlas puede ser clave para erradicar las malas hierbas del jardín incluso en los lugares más inaccesibles de él.

Añadido, esta gran familia de plantas cuenta con un abanico de opciones tan variado que es imposible no encontrar aquella que más se adecua a nuestros gustos, ya busquemos las que sean hoja pura y dura o bien prefiramos opciones con flor. La Hiedra, la Verbena tapizante, el Aliso, la Vinca o el Juniperus tapizante son opciones perfectas para crear una alfombra natural en nuestro jardín que no deje espacio a las malas hierbas.
3. Arrancar las malas hierbas correctamente
Muchas veces, caemos en el error de creer que erradicar las malas hierbas pasa por arrancarlas sin más. Un fallo común que confirmaremos que es así cuando, transcurridas algunas semanas, las veamos volver a brotar.
Las malas hierbas son plantas con una alta supervivencia, y que solo podremos eliminar de nuestro jardín si arrancamos plenamente de raíz. Para ello y según el tipo de planta, en muchas ocasiones no bastará con tirar únicamente de ellas sino que, incluso, tendremos que cavar para poder extraerla por completo de nuestros maceteros o macetas.
4. Erradicar su presencia del césped
En el caso del césped, erradicar las malas hierbas pasa por una labor algo más trabajosa. Además de arrancarlas de raíz, tendremos que tomarnos la precaución de esperar para confirmar que ha desaparecido por completo. Para ello, lo ideal es regar la zona que hemos saneado durante un par de semanas para comprobar si alguna de las semillas de las malas hierbas que hemos quitado ha logrado prosperar.

De ser así, lo idóneo es que apliquemos un herbicida pero cuidado con esto: si elegimos un herbicida no selectivo, tendremos que aplicarlo únicamente en el foco que tenemos afectado, ya que este tipo de productos no discriminan entre las plantas buenas y las adventicias. Así que, si queremos minimizar su impacto negativo, nada como administrarlo con tiento y siempre siguiendo las recomendaciones de cantidad marcadas por cada fabricante.
Y siguiendo estas recomendaciones, algo tenemos por seguro: conseguirás erradicar las malas hierbas del jardín y, lo que es más importante, disfrutar de él plenamente.

