Es una de las plantas de exterior más habituales en los jardines, y no faltan motivos para ello. El Don Diego de noche es una de esas plantas de exterior que lo ponen muy fácil para desplegar todo su encanto. Y es para considerarlo seriamente ya que su principal atractivo radica en una floración generosa e incesante que se da desde el verano hasta comienzos del otoño. Más allá de sus singulares flores en forma de trompeta, hay otro par de buenos motivos para no querer renunciar a su presencia: se abren desde el atardecer al amanecer, y tienen un característico perfume. Un detalle al que debe, en gran medida, su nombre popular.
Y es que el comúnmente conocido como Don Diego o galán de noche es una de las plantas con más apodos. Lejos de su nombre botánico, Mirabilis jalapa; se conoce también como Don Pedro y Maravilla del Perú: uno de los países del que es originaria esta planta, y de dónde llegó a nuestro país en el siglo XVI. Y sí: a pesar de sus orígenes tropicales, su increíble capacidad de adaptación ha hecho que esté perfectamente aclimatada a nuestras temperaturas.
Ya sea por su peculiar floración o por su baja demanda de cuidados, el Don Diego de noche es una de las plantas más habituales en los jardines de nuestro país. Pero cuidado y que no nos engañe su belleza: es una planta sumamente tóxica, especialmente en lo que respecta a las raíces y sus semillas negras en forma de esfera. Dos aspectos que no podemos pasar desapercibidos si en nuestra familia hay peques o peludos, ya sean perros o gatos.
- 7 CLAVES PARA CULTIVAR EL DON DIEGO DE NOCHE
- 1. La ubicación, el punto de partida en los cuidados del Don Diego de noche
- 2. El suelo, una exigencia menor
- 3. La temperatura, un aspecto que debemos conocer
- 4. El riego, la tarea más importante en los cuidados del Don Diego de noche
- 5. El abonado, un cuidado que no podemos desatender
- 6. La poda, una labor de la que podemos olvidarnos
- 7. Las plagas, para tenerlas a raya
7 CLAVES PARA CULTIVAR EL DON DIEGO DE NOCHE
Empecemos aclarando un aspecto que suele llamar a error. A pesar de su aspecto, el Don Diego no está en la lista de arbustos. Una confusión habitual dada su forma arbustiva fruto, fundamentalmente, de sus numerosas ramificaciones. Sin embargo y a pesar de esto, hablamos de una planta tuberosa que podremos conocer mejor si investigamos qué son las plantas vivaces ya que es, precisamente, lo que es. Una razón de peso para que, en climas muy fríos, pueda perder su abundante follaje y desaparecer por completo a la espera de temperaturas más cálidas que permitan que rebrote.

Pero más allá de sus flores o su perfume, conviene conocer algo importante sobre el Don Diego de noche. Hablamos de una planta con un crecimiento excepcionalmente rápido y que, con los cuidados adecuados, puede llegar a alcanzar más de un metro de altura. Pero, en paralelo con su crecimiento vertical, suele hacerlo hacia los laterales expandiéndose hasta el punto que, si lo tenemos plantado en suelo, puede ser hasta invasiva. Una razón de peso para mantenerla a raya, pero no podremos hacer únicamente podándola. Para evitar que prolifere, es fundamental arrancarla de raíz.
1. La ubicación, el punto de partida en los cuidados del Don Diego de noche
Por más aclimatado que esté, el Don Diego de noche no deja de ser una planta tropical. Algo que marca de manera inherente su necesidad de luz. Por eso para poder verlo crecer y florecer con alegría, nada como tenerlo a pleno sol. Lo único: si nuestro verano es muy caliente, preferirá una ubicación de semisombra.
Además de esto, hemos de contemplar otro detalle importante. Aunque es una planta que admite ser cultivada en maceta, es en suelo donde realmente crece de forma espectacular. Para ello, tendremos que ofrecerle un suelo profundo en el que el Don Diego pueda desarrollar sus raíces.
2. El suelo, una exigencia menor
En líneas generales, el suelo no es una de las prioridades en los cuidados del Don Diego. Crece sin ningún tipo de problema en un sustrato universal enriquecido, en el momento de plantado, con humus de lombriz.

Pero incluso más importante que esto es que nuestra planta tenga un suelo con un drenaje eficaz. Algo que podemos conseguir añadiendo fibra de coco en la mezcla del sustrato, y que tendremos que vigilar especialmente si lo plantamos en maceta.
3. La temperatura, un aspecto que debemos conocer
Como decíamos, el Don Diego de noche está en su salsa durante los meses de calor y no le teme al calor siempre que paliemos las altas temperaturas con el riego. Sin embargo, no sucede lo mismo con las bajas temperaturas. Aunque tolera el frío e, incluso, las heladas es importante saber que los grados de menos le afectan hasta el punto de que la planta desaparecerá para ahorrar energía y recursos.
Para proteger debidamente sus rizomas y velar porque vuelva a desplegar su belleza en meses de sol, no está de más hacerle un mulching. Una forma sencilla de protegerlo.
4. El riego, la tarea más importante en los cuidados del Don Diego de noche
Aunque es una de las plantas que toleran la sequía puntual, no es el escenario ideal. Conocer los cuidados del Don Diego de noche pasa por comprender que, en meses de calor, tendremos que vigilar de cerca el riego. Para que nuestra planta no sufra, es fundamental mantener un cierto grado de humedad en el sustrato de forma regular. Algo que podemos conseguir regando prácticamente a diario, pero siempre sin encharcar. Recordemos: los rizomas no soportan los excesos de agua.
5. El abonado, un cuidado que no podemos desatender
Si queremos que nuestra planta mantenga su característico ritmo de floración, es fundamental incluir entre los cuidados del Don Diego de noche un abonado regular desde el mediados de primavera: momento en el que se da su hermosa floración.

Además y a mediados de otoño, no está de más añadir sobre el sustrato de nuestra planta humus de lombriz. Se irá liberando progresiva y gradualmente durante esta estación, permitiendo que nuestra planta esté nutrida antes de la llegada del frío.
6. La poda, una labor de la que podemos olvidarnos
A diferencia de lo que sucede con otras plantas, el Don Diego de noche no necesita ser podado para crecer. En todo caso, aplicaríamos esta tarea únicamente si queremos darle forma, retirar ramas en mal estado o controlar su crecimiento.
7. Las plagas, para tenerlas a raya
Si es atractiva para los humanos, no lo es menos para los insectos propios de los meses de verano. Tener un Don Diego de noche implica saber cómo evitar y eliminar el pulgón, ya que es una de sus plagas por excelencia.

No solo es importante frenar su avance por cómo puede afectar a nuestra planta: también lo es por estar íntimamente relacionado con las hormigas pero, también, con los tan temidos hongos negros.
¿Te animas a tener el Don Diego de noche entre tus plantas? ¡No te arrepentirás de disfrutarlo!
