Rhipsalis, cuidados de la familia de cactus colgantes

Rhipsalis, cuidados de la familia de cactus colgantes

No te dejes llevar por los prejuicios: por más que conozcas los cuidados de los cactus, descubrir los cuidados del Rhipsalis supone llevarnos una sorpresa importante. Y es que, por sus orígenes, estas singulares crasas que se engloban en la familia de los cactus tienen unas necesidades sustancialmente distintas a sus primos con espinas. Algo que conviene saber para poder cultivarlos con éxito pero, sobre todo, para disfrutar plenamente de su singular belleza.

Comencemos sabiendo por qué son tan distintos a lo que conocemos de los cactus, aún siendo parte de ellos. En la naturaleza, las más de 35 especies de Rhipsalis crecen en climas tropicales y subtropicales del centro y sur de América, África y algunas islas del Índico. Una distribución geográfica y silvestre que nos da una pista importante sobre sus necesidades de humedad. Pero, además de esto, hay otro detalle importante que marca a esta familia vegetal. Dado que no han tenido que protegerse de los depredadores, la mayor parte de los Rhipsalis carecen de espinas duras y puntiagudas. En las pocas ocasiones que las presentan y salvo algunos como el Rhipsalis pilocarpa, lo hacen en épocas tempranas de la planta y siempre son poco punzantes. Una razón por la que es habitual pensar que no comparten parentesco con los cactus.

Por su singularidad pero, sobre todo, por la diversidad de formas y aspectos que presentan; conviene conocer los cuidados del Rhipsalis. Y es que, si nos preguntamos cómo decorar la casa con plantas, no cabe duda: cualquiera de estos cactus es candidato perfecto para poner a un ambiente un toque natural sumamente original.

5 CUIDADOS DE LOS RHIPSALIS QUE DEBES CONOCER

Antes de conocer los cuidados de los Rhipsalis en profundidad, conviene saber un par de cosas. Para empezar que, a pesar de las múltiples especies que se engloban bajo este nombre botánico, la gran mayoría de ellos tienen las mismas necesidades. Un punto sumamente interesante si queremos hacer de ellos una colección, y disfrutar de distintas especies. Pero cuidado con confiarse: ya hemos mencionado que se distribuyen, de manera natural, en climas sumamente dispares de nuestro planeta. Por ello y antes de tratar a todos por igual, conviene indagar si el Rhipsalis que tenemos tiene alguna necesidad especial.

Rhipsalis con cubremaceta
Si cumplimos con los cuidados del Rhipsalis, disfrutaremos de una planta sumamente ornamental y diferente. Descubre nuestras variedades en la sección de crasas y suculentas

Además de esto, es fundamental conocer que en la naturaleza estos cactus son epífitos. Un detalle que no afecta a su cultivo, pero que sí nos permite saber más de esta familiar vegetal que suele crecer sobre las ramas de los árboles. Quizás por ello, los Rhipsalis se caracterizan por tener tallos largos, habitualmente delgados y muy carnosos. Pueden ser cilíndricos, redondos o, incluso, planos según la variedad. Y otra peculiaridad: su crecimiento es desordenado, dando lugar a un aspecto poblado y con un punto silvestre muy atractivo.

Veamos a fondo sus necesidades partiendo de otro aspecto que los hace todavía más atractivos. Tanto si nos iniciamos en cuidar plantas como si buscamos plantas colgantes de interior fáciles de cuidar, el Rhipsalis es perfecto. ¿La razón? Es una planta poco exigente considerada rústica que, aunque no es lo ideal, puede sobrevivir si nos olvidamos de ella. Y tiene otro par de pluses para acabar de cautivarte: buena parte de los Rhipsalis florecen y, además, no es tóxica para mascotas. ¡No se le puede pedir más!

1. La luz, abundante y siempre indirecta

Por las condiciones naturales en las que crecen, estos atípicos cactus pueden incluso considerarse plantas de sombra. Y es que sorprende saber que, a pesar de ser cactus, su demanda de luz es sustancialmente diferente. Necesitan iluminación pero es fundamental que siempre sea de carácter indirecto e, incluso, tamizada a través de una cortina. Unas condiciones ideales tanto para que crezcan como para que florezcan.

De exponerlos a sol directo, sus hojas se quemarán tornándose marrones.

Además de esto, es fundamental mantenerlos alejados de las corrientes de aire.

2. El suelo de plantado, clave para su salud

Como veremos a continuación, sus necesidades de hidratación son diferentes a las de los cactus pero comparten con ellos una característica: sus raíces no toleran los encharcamientos.

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Por ello y para evitarnos disgustos, es fundamental que utilicemos un sustrato específico para cactus y crasas; y, además, no está de más conocer a fondo qué es la perlita para plantas e incorporarla en la mezcla. Favorecerá mantener esa humedad en el sustrato que necesitamos y ayudará, también, a drenar.

3. La ubicación, uno de los cuidados del Rhipsalis que adecuaremos a cada época del año y variedad

Y la razón es sencilla: aunque, dentro de la familia de los Rhipsalis hay algunas especies con mayor tolerancia al frío, en líneas generales no les sienta especialmente bien. Es más: en su gran mayoría y de estar sometidos a heladas o temperaturas inferiores a un grado bajo cero, es altamente probable que mueran.

Por ello y a pesar de que estar en exterior les sienta genial en época de primavera y verano, con la bajada del termómetro será fundamental ponerlos a cubierto del invierno. Algo que debemos tener en cuenta según cómo sea nuestro clima y, de vivir en una zona fría, plantearnos tenerlos en macetas para poder meterlos dentro de casa.

4. El riego y la humedad ambiental, dos imprescindibles para el Rhipsalis

Es uno de los cuidados del Rhipsalis más sorprendentes si tenemos en cuenta que es un cactus. A pesar de ello, su pauta de riego debe ser regular en los meses de primavera y verano. Una época que coincide con su crecimiento. ¿Y cómo debemos regarlo en otoño e invierno? Pues de forma casi anecdótica en la primera, y suspendiendo por completo la hidratación en meses de frío.

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¿Y cuánto debemos regar? Pues de forma moderada, preferiblemente con agua sin cal y cuando veamos que el sustrato ha comenzado a secarse guiándonos siempre por las capas inferiores del mismo. Y, aunque no está en la lista de las plantas resistentes a la sequía, sí admite pasar un poco de sed. Eso sí: si la tienes y te ausentas de casa, procura darle un riego en profundidad antes de marcharte. Será la garantía de encontrarla sana y salva a tu vuelta.

Tan importante como esto es proveerle de una buena humedad ambiental, especialmente en los meses de verano. Si está sometido a un clima muy seco, es probable que le ataquen plagas tan poco apetecibles como la cochinilla algodonosa, el pulgón o la araña roja. Unos insectos que, de cumplir con los cuidados del Rhipsalis, no se fijarán en él ya que es una planta sumamente resistente a las plagas.

5. El abonado, imprescindible en época de crecimiento

Es el último de sus cuidados pero, no por ello, el menos importante. Coincidiendo con su etapa de desarrollo, es importante renovar los nutrientes de nuestra planta con carácter mensual. Una ayuda imprescindible para que crezca y florezca.

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Para ello es fundamental utilizar un abono líquido para cactus y crasas, caracterizado por ser bajo en nitrógeno; y aplicarlo siempre en el agua de riego.

¡Y listo! Tu Rhipsalis no necesita más para desplegar ese singular encanto verde que, sin ser espectacular, no deja indiferente a nadie.