Quizás nunca te lo habías planteado pero aprender a jugar con un hámster es clave tanto para tu mascota como para ti. Por definición, los hámsters son animales curiosos y activos que necesitan mantener un rango diario de actividad. Algo que no solo redunda en su bienestar emocional sino, también, en el físico. Son animales con tendencia al sobrepeso, un auténtico enemigo de su salud, por lo que es fundamental fomentar el ejercicio en su día a día. Y no solo eso: saber estimularles correctamente es clave para conseguir que se involucren en lo que les propongamos.
De una forma muy rápida hemos entendido por qué es importante para ellos jugar. Pero ¿por qué esta actividad es también importante para nosotros? Sencillo. El juego fomenta el vínculo que tenemos con nuestro animal y, por increíble que parezca, también mejora nuestra comunicación con él. Es más: en la lista de los cuidados del hámster debemos incorporar la interacción con él. Una relación que favorece, también, su buena salud emocional.

Pero calma: jugar con un hámster es un proceso paulatino que debe hacerse sin prisas, respetando los tiempos de cada animal y, sobre todo, con mucha calma. Recordemos que son animales nerviosos y que el objetivo de esta actividad es hacerles disfrutar.
- CONSIDERACIONES PREVIAS PARA JUGAR CON UN HÁMSTER
- 1. La aclimatación a su nuevo espacio, el punto de partida fundamental
- 2. Evita los olores que puedan confundirle
- 3. Acostúmbrale a ti poco a poco, importante para convivir o jugar con un hámster
- 4. Observa su comportamiento, clave para conocerle
- 5. Crea un espacio seguro y tranquilo
- IDEAS PARA JUGAR CON TU HÁMSTER
- 1. Caminar sobre ti e interactuar con tus dedos, una forma sencilla de jugar con un hámster
- 2. Hazle un circuito o un laberinto
- 3. Mímale, otra forma de jugar con un hámster
- 4. Déjale correr con libertad controlada
- 5. Un baño de arena
CONSIDERACIONES PREVIAS PARA JUGAR CON UN HÁMSTER
Antes de ver en detalle algunos juegos, hagamos un inciso. A diferencia de otros animales como el perro, el hámster no es de primeras sociable con los humanos. Y el motivo es, únicamente, instintivo: en la naturaleza, el hámster es presa de un buen número de animales. Una razón por la que puede interpretar nuestra intención de cogerle o tocarle como una amenaza. Y, como tal, se defenderá como puede y sabe: mordiendo.
Para evitarlo, es importante seguir algunas pautas que nos permitirán acostumbrar a este pequeño mamífero a nuestra presencia. Un trabajo paulatino que debemos contemplar desde el momento en el que llega a nuestra casa, y que le permitirá comprender que no somos un depredador.
1. La aclimatación a su nuevo espacio, el punto de partida fundamental
Cuando un hámster llega a nuestra casa necesita un pequeño margen de tiempo para adaptarse a su nuevo entorno. Lo ideal es dejarle que explore su habitáculo durante al menos 24 horas. No solo se familiarizará con el espacio sino que, además, lo hará su territorio.

Durante este tiempo es importante que le acompañes guardando cierta distancia. Bastará con que le hables suavemente y le observes. Y no: no invadas su espacio. Hacerlo supondría un motivo de estrés añadido.
2. Evita los olores que puedan confundirle
El olfato es uno de los sentidos más desarrollados en el hámster, y una auténtica guía en su forma de vivir e interactuar. Tanto que es una de las cosas que debemos tener en cuenta en labores sencillas como tocarle o cuándo y cómo limpiar la jaula de un hámster. No solo es gracias a su olor como un hámster establece el territorio. También son los aromas quien le guían o, incluso, le sirven como sistema de protección.
Por eso y siempre antes de tocarle, es importante lavarse las manos con un jabón sin aroma. Si olemos a otro animal o a comida, corremos el riesgo de que nos muerda ya sea por defenderse o por apetito.
3. Acostúmbrale a ti poco a poco, importante para convivir o jugar con un hámster
Una vez le hemos dejado aclimatarse a su nuevo entorno, es momento de comenzar a acercarnos a él. Un proceso que tendremos que realizar paulatinamente y respetando siempre los tiempos del animal. Para ello, lo ideal es comenzar introduciendo la mano en su habitáculo sin moverla ni tratar de tocarle. Así nuestro pequeño mamífero sentirá curiosidad por ella, la olfateará y explorará para familiarizarse. Si durante esta actividad trata de morderte, retira la mano lentamente. Hacerlo de forma brusca o reprenderle por ello alzando la voz pueden jugar en contra de su socialización.

A medida que nuestro hámster entienda que nuestra mano no es una amenaza, comenzará a dejarse tocar e, incluso, a permitir que lo cojamos. Algo que podemos promover también premiándole con pequeños caprichos en forma de frutas o toppings. Importante: recuerda revisar qué frutas pueden comer los hámsters.
Por último, recuerda que al hámster no le gusta estar demasiado tiempo entre nuestras manos, por lo que lo ideal es que lo hagamos durante algunos segundos y le dejemos que sea él quien nos explore.
4. Observa su comportamiento, clave para conocerle
Al igual que las personas, no hay dos hámsters iguales. Por eso es fundamental conocer al nuestro e ir identificando cuándo está cómodo o cuándo, por el contrario, se está empezando a poner nervioso con alguna situación. Y no solo porque sea importante en nuestra relación: añadido, hay que saber que el estrés es motivo de un buen número de enfermedades comunes en el hámster. Una razón de peso para evitarlo.
5. Crea un espacio seguro y tranquilo
Intimamente ligado con lo anterior e importante tanto en la socialización como cuando nos planteamos jugar con un hámster. Recordemos que es un pequeño roedor y que, por sus dimensiones, es fácil que se cuele detrás de muebles. Por eso y siempre que interactuemos con él, es importante retirar cables que estén enchufados, cerrar la puerta de la habitación en la que estemos y, por supuesto, mantenerlo a salvo de cualquier otra mascota que tengamos en casa.
Tan importante como esto es crear una atmósfera calmada y hablarle siempre en un tono suave. Alzar la voz puede ser interpretado como una amenaza.
IDEAS PARA JUGAR CON TU HÁMSTER
Comprendidas estas necesidades para entablar una relación y sentar las bases para jugar con tu hámster, es momento de saber qué actividades pueden resultarle interesantes. Recuerda que es un animal inteligente y curioso: una combinación de virtudes que nos exigen ofrecerle siempre pequeños retos.
Para jugar con un hámster, debemos combinar dos tipos de ejercicios: aquellos en los que le ayudamos a ejercitarse físicamente, y otros que nos permitan fortalecer con él nuestro vínculo.
1. Caminar sobre ti e interactuar con tus dedos, una forma sencilla de jugar con un hámster
Aunque te pueda parecer poco atractivo, a tu hámster le encantará. Túmbate en el suelo o en un espacio sin interrupciones como una cama para poder tenerlo controlado en todo momento. Disfrutará paseando por encima de ti o curioseando en tus bolsillos si los tienes.
Y sí: mover los dedos de manos y pies puede ser un estímulo maravilloso para él, así que no dudes en usarlos. No solo se divertirá él, también lo harás tú.
2. Hazle un circuito o un laberinto
Siempre en un espacio controlado como puede ser un corralito, dentro de la bañera o en una caja de cartón sin tapa de mayor tamaño que su jaula. La intención de esta actividad es que nuestro hámster encuentre obstáculos que deba trepar, túneles que recorrer pero también espacios en los que esconderse.

La intención de este tipo de juego es estimular tanto su inteligencia como su cuerpo. Así que no dudes en enriquecer el espacio con accesorios para roedor u objetos que te permitan conseguirlo. Eso sí: siempre con tu supervisión, y eligiendo materiales que no sean peligrosos para él.
3. Mímale, otra forma de jugar con un hámster
Si tu hámster disfruta del contacto humano, no lo dudes: agradecerá las caricias. Unas que combinadas con el habla fomentarán todavía más el vínculo que os une. Puede ser una forma perfecta de terminar una sesión de juegos y, también, una oportunidad para asearle aunque no sea necesario.
Y decimos esto porque el hámster es, de por sí, un animal limpio. Pero como parte del mimo que le dispensas puedes incluir el cepillado si le gusta o, incluso, aprovechar para asearle o cortarle las uñas.
4. Déjale correr con libertad controlada
¡Y vaya si disfrutan corriendo! Un espacio perfecto para ello es un pasillo con todas las puertas cerradas o, incluso, un baño de buenas dimensiones en el que controlemos que nuestro animal no puede caerse al WC.
Pero al margen de esto, tenemos otra opción que cumple con la seguridad que un hámster necesita mientras le permite ejercitarse. Nos referimos a la bola de ejercicios: un juguete en el que podrá recorrer cualquier espacio sin temer por su integridad y que le permitirá explorar. Eso sí: no es recomendable el uso durante más de 10 minutos seguidos. Puede alterarle e, incluso, agotarle. Por eso es importante que, si le ofrecemos esta opción, controlemos el tiempo que la utiliza.
5. Un baño de arena
Si alguna vez te has preguntado si los hámsters se pueden bañar la respuesta es tajante: no. O al menos no cómo lo tenemos en mente. Es más: sumergir a estos animales en agua o humedecerlos puede ser sumamente peligroso para ellos. ¿Cuál es la alternativa? Ofrecerles baños de arena.

Por increíble que nos parezca, no solo es positivo para su higiene sino que, además, les resulta sumamente divertido y placentero.
Y ahora que saber cómo jugar con tu hámster y los increíbles beneficios que tiene ¡ponte manos a la obra con el tuyo! Seréis, él y tú, mucho más felices.



