Son, sin lugar a dudas, una de las floraciones más esperadas por los amantes de la jardinería. Independientemente de la variedad ¡y no hay pocas! la flor de la camelia es un auténtico espectáculo al que nadie se resiste. Un oscuro objeto de deseo que nos hace plantearnos muchas veces cuándo florecen las camelias o, incluso, por qué la nuestra no lo hace. Una duda recurrente en la que hoy queremos ahondar.
Antes de desesperarnos con la pregunta de cuándo florecen las camelias, es importante tener algo claro. Bajo el nombre de camelia se engloba un ingente número de variedades que manifiestan su diferencia, fundamentalmente, en sus flores. Y aunque creamos que no se trata de muchas, nada más lejos de la realidad. Solamente en Galicia hay 8.000 variedades. Un detalle que, lejos de ser menor, hace que saber cuándo florecen las camelias con exactitud se complique. ¿Por qué? Porque, atendiendo a este detalle, las camelias pueden florecer entre diciembre y abril.
Pero no solo tenemos que tener en cuenta el calendario. Porque, más allá de los tiempos de floración de cada variedad, hay que contemplar otros aspectos que pueden hacer que nuestra camelia no florezca. Un placer del que, sin duda, no podemos privarnos.
- CUÁNDO FLORECEN LAS CAMELIAS
- Más que cuándo florecen las camelias ¿qué necesitan para hacerlo?
- RAZONES POR LAS QUE NO FLORECE UNA CAMELIA
- 1. Los capullos de flor no abren o se secan antes de abrir
- 2. La camelia comienza a amarillear las hojas y los botones no se abren
- 3. La planta tira los capullos antes de abrirlos
- 4. La camelia tiene pocas flores
CUÁNDO FLORECEN LAS CAMELIAS
En líneas generales, la mayor parte de las camelias que disfrutamos en los jardines comienzan a florecer en diciembre de forma escalonada hasta febrero. Sin embargo, para que el proceso de floración se produzca en condiciones la planta necesita una serie de mimos que es necesario conocer. Y cuando decimos en condiciones no nos referimos, únicamente, a que nos regale un buen número de flores. También hay que tener en cuenta que, con los cuidados necesarios, sus flores nos acompañarán durante mucho tiempo.
Cómo cuidar las camelias no es complicado en absoluto. Realmente, para tener éxito en su cultivo, basta con elegir el lugar adecuado de plantación y proporcionarle un riego abundante siempre con agua blanda. Eso sí: a pesar de que es una planta amante de la humedad, mucho ojo con el drenaje. Es exigente en este aspecto, por lo que no podemos desatender este cuidado si queremos que nuestra planta prospere y florezca.
Más que cuándo florecen las camelias ¿qué necesitan para hacerlo?
Pero para responder a la pregunta de cuándo florecen las camelias más allá del calendario, hay dos aspectos que no podemos dejar pasar. En realidad, hablamos de dos tareas que están en nuestra mano y que tendremos que cumplir de forma regular si queremos promover la floración de nuestro arbusto. Una de ellas es la poda: una tarea fundamental para el desarrollo de nuestra planta. Gracias a esta labor, que suele llevarse a cabo a mediados de febrero una vez la planta ha tirado los botones de flor, ayudaremos a regenerar los tallos para promover la floración el próximo invierno.

Pero tan importante como esto es abonar correctamente las camelias. E insistimos en correctamente porque, al ser una planta de floración invernal, solemos pensar que lo correcto es fertilizar en los meses de frío. Sin embargo, no es así. Para favorecer la floración, nuestra planta necesita un aporte de abono rico en nitrógeno entre los meses de marzo y junio; y otro con predominancia del fósforo y el potasio entre julio y septiembre. Un mes en el que tendremos que detener la fertilización, y dejar a la planta prepararse para florecer.
RAZONES POR LAS QUE NO FLORECE UNA CAMELIA
Y llegamos a otra duda que suele sumarse a cuándo florecen las camelias. En ocasiones y a pesar de creer estar cultivándola correctamente, nuestra planta no florece. Algo que suele generar nerviosismo ya que, a pesar de la belleza siempre verde y característica de este arbusto, su floración es la principal razón para incluirlo en el diseño de nuestro jardín. Que nadie se alarme. Cuando una camelia no florece, es porque tiene exceso o defecto de algo. Y basta con saber interpretar las señales para ponerle solución.
Y es que esa es la magia de las plantas. Que, a su manera, nos dan pistas de qué puede estar sucediéndoles para que pongamos remedio. Así que nada como contar con una pequeña guía de síntomas para descubrir qué tenemos que solucionar.
1. Los capullos de flor no abren o se secan antes de abrir
Un clásico en el cultivo de esta maravillosa planta. Suele deberse a una falta de humedad ambiental: otro de los cuidados de la camelia que hemos de vigilar de cerca.
2. La camelia comienza a amarillear las hojas y los botones no se abren
Cuando la planta manifiesta estos síntomas, solemos preocuparnos por su salud. Y, aunque es cierto que el aspecto de la planta incita a ello, lo cierto es que es fácilmente subsanable.

Las plantas de camelia que presentan estas señales suelen estar sufriendo una deficiencia de acidez en el sustrato. Para solucionarlo, basta con tener claro cómo trasplantar una camelia y el momento adecuado para ello. Y eso sí, fundamental: usar un sustrato específico para plantas ácidas.
3. La planta tira los capullos antes de abrirlos
Otro de los escenarios habituales en el cultivo de esta planta. Normalmente, cuando la planta se comporta de esta manera, es un síntoma de un exceso de humedad o de un cambio brusco de temperatura.
Aunque no podamos recuperar las flores que ya hemos perdido, sí podemos ponerle solución. Si está en una maceta, bastará con buscarle una ubicación favorable y controlar el drenaje. Tampoco está de más hacerle un mulching para evitar que el frío le afecte.
4. La camelia tiene pocas flores
No todas las camelias dan la misma cantidad de flores. Si, una vez estemos seguros de la variedad, consideramos que puede florecer más tendremos que revisar cómo la hemos podado.
Y sí: merece la pena cuidar de esta maravillosa planta para disfrutar de sus flores. Un regalo que solo aparece una vez al año y que llena de color el frío del invierno.


