Cuidados de las chinchillas domésticas

Necesidades y cuidados de las chinchillas

Son uno de esos animales cada vez más populares en los hogares, y no hay más que conocerlas un poco para enamorarse de ellas. Tan importante como conocer a fondo los cuidados de las chinchillas es entender por qué son un pequeño mamífero ideal. No solo son tranquilas: además, son animales sumamente sociables e inteligentes. Tres buenas razones para incluirlas en nuestra familia, sin olvidar lo más importante: son un ser vivo que demanda de nuestro tiempo y nuestros cuidados para vivir con el bienestar que merecen.

Originarias del sur de los Andes, las chinchillas son auténticas desconocidas a pesar de formar parte de muchas familias. Proceden de climas fríos y secos, propios de las altas montañas de América del Sur. De tamaño medio, pueden llegar a pesar hasta un kilo en su edad adulta. Y, si nos planteamos disfrutar de ellas, hay dos aspectos vitales que debemos conocer. Por un lado, que son animales gregarios por lo que nunca pueden vivir solas. Por otro, que siendo rigurosos con los cuidados de las chinchillas nos acompañarán hasta 12 años, ya que son animales longevos.

Y ahora que sabes estos detalles cruciales para su bienestar, es momento de saber cuáles son sus necesidades. Unas que no entrañan una gran dificultad pero que necesitas conocer en profundidad.

CÓMO SON LAS CHINCHILLAS DOMÉSTICAS: CARÁCTER Y HÁBITOS

Antes de ver a fondo los cuidados de las chinchillas, es importante conocer su comportamiento. Hablamos de un animal muy activo en el juego y de hábitos nocturnos. Un detalle que debemos conocer ya que, como sucede cuando repasamos los cuidados de un hurón, tendremos que ser sumamente respetuosos con su sueño. Es más que probable que nuestras chinchillas duerman durante el día y, para ello, es clave procurarles un espacio tranquilo en el que puedan descansar sin sobresaltos.

Tan importante como esto es saber que, a pesar de que son sociables y establecen vínculos fuertes con sus humanos, hemos de cuidar esta relación desde el momento que llegue a nuestra casa. Las chinchillas son asustadizas por lo que, de primeras, es clave observarlas durante un par de días antes de empezar a establecer un contacto físico paulatino con ellas.

Cómo son las chinchillas

Durante este tiempo, hay que vigilar que nuestros animales no dejen de comer, de beber o de hacer sus necesidades: si eso sucediera, tendremos que acudir con ellas al veterinario. También estaremos atentos a si bebe demasiada agua, se muerde a sí misma o a sus compañeras; o silba de manera constante. Ese tipo de comportamientos nos estarán indicando que tiene miedo, y que necesita calma para sentirse segura en su nuevo hábitat.

Una vez veamos que nuestro animal se comporta con normalidad, será momento de empezar el acercamiento. Un buen punto de partida es ofrecerle fruta desde la puerta de su habitáculo para que empiece a acercarse sin miedo. Cuando nos hayamos ganado su confianza, podremos comenzar a acariciarla.

Convivencia con otros animales

Como decíamos, una parte fundamental en los cuidados de las chinchillas es procurarles compañeros. Son animales de manada, por lo que necesitarán al menos otro congénere con el que compartir espacio, juegos y mimos. Es más: para una chinchilla tener esa compañera es clave para su bienestar emocional y, por tanto, para su salud.

Pero ¿cómo es su socialización con otros animales? En este aspecto, hemos de ser precavidos. No todos los perros y gatos aceptan y admiten a las chinchillas, por lo que hemos de ser cautelosos al respecto. Y sobre todo: si en nuestra casa hay un hurón, tendremos que olvidarnos de tener chinchillas. Son su principal depredador natural.

CUÁLES SON LOS CUIDADOS DE LAS CHINCHILLAS EN CASA

Entendidas sus características, es momento de conocer los cuidados de las chinchillas. Unos que, como decíamos, son sencillos incluso para quienes no han tenido nunca un animal pero que hay que cumplir a rajatabla.

1. La alimentación, clave en los cuidados de las chinchillas

Si sabemos qué comen los conejos no nos sorprenderá demasiado la dieta de este pequeño mamífero. La fibra es la protagonista absoluta de la alimentación de las chinchillas, por lo que deben tener acceso a ella de forma ilimitada y diaria. Solo así evitaremos dolencias intestinales propias de estos animales. Por eso, es fundamental que nuestra chinchilla cuente con heno fresco y libre de polvo, que renovaremos diariamente. Un alimento que supone el 70% de su dieta diaria y que, además de cuidar de su organismo, también ayudará a limar sus dientes.

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Al margen del heno, debemos completar la alimentación de nuestras chinchillas para que puedan tener todos los nutrientes que necesitan. Para ello, por un lado tendremos que ofrecerles en su día a día pienso para chinchillas. Un preparado enriquecido con vitaminas y minerales que supone, además, un aporte de cereales y aceites vegetales necesarios para su bienestar. Pero no es lo único: también es clave que cuenten con pequeñas cantidades diarias de vegetales como el pimiento verde, la col, el brócoli o las espinacas.

¿Y qué pasa con las frutas? Que solo se las daremos de forma puntual y como premios, ya que tienen un alto contenido en azúcares. Pera, plátano, manzana o sandía son algunas de las que podemos incluir en nuestra lista para mimar a nuestras chinchillas.

2. El habitáculo, un espacio a cuidar

Como decíamos antes, las chinchillas son animales sumamente activos que disfrutan escalando y correteando. Por eso y siempre que no estén bajo nuestra supervisión, tendrán que disponer de una jaula de buenas dimensiones y adecuada a ellas en la que puedan dormir, comer y jugar. Para que nuestras chinchillas estén felices, lo ideal es un habitáculo con tres niveles: un detalle que permite destinar cada espacio a un uso concreto y distinto. Además, es importante que tenga buenas dimensiones en horizontal para que puedan corretear a su antojo.

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Tan importante como esto es buscarle el emplazamiento ideal. Recordemos que las chinchillas proceden de climas fríos, por lo que no toleran el calor. Es más: puede poner en riesgo su vida. Por ello, colocaremos su hábitat en una zona tranquila y en la que no reciban sol directo ni estén expuestas a corrientes de aire que cuente con entre 10 y 18 grados.

3. La higiene, un factor que depende en gran medida de nuestras chinchillas

En líneas generales, las chinchillas son animales que cuidan de su propia higiene. Pero cuidado con esto: no solo no pueden hacerlo solas sino que, además, conocer a fondo la higiene del roedor es clave para su salud. Una falta de mantenimiento de su habitáculo puede ser sinónimo de enfermedades propias de esta especie, por lo que hay que ser rigurosos con la pauta de limpieza y desinfección.

Para empezar, nuestras chinchillas deben contar un lecho granulado específico para pequeños mamíferos en el que poder hacer sus necesidades. Tan importante como cambiarlo de manera regular es, una vez a la semana, realizar una limpieza y desinfección concienzuda de todo su habitáculo con productos no perjudiciales para ellas.

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Pero hay un detalle sumamente importante en los cuidados de las chinchillas en lo que respecta a su higiene. Hablamos de unos animales con un pelaje suave y súper poblado que necesitan mantener limpio para cuidar de su propia salud. Y no: como sucede cuando nos preguntamos si los hámsters se pueden bañar, no es buena idea pensar en agua y jabón en lo que respecta a las chinchillas. Es más: someter a estos animales a un baño es sinónimo de poner en riesgo su vida. Entonces ¿cómo se bañan las chinchillas? Sencillo: se dan baños de arena. Una tarea que no solo les ayuda a mantener sano su pelaje sino que, además, les resulta sumamente divertido. Para ello, es fundamental optar por arena de baño específica para pequeños mamíferos y ofrecérsela en una bandeja dentro de su habitáculo entre dos y tres veces por semana. Importante: una vez haya terminado su baño, hay que retirar la bandeja hasta la próxima ocasión. Un exceso de baños puede ser perjudicial para su piel.

4. El juego, el último detalle en los cuidados de las chinchillas

Recordemos: son enérgicas, activas y juguetonas. Y, aunque hayamos pasado de puntillas sobre el tema, necesitan desgastar sus dientes. Por eso ofrecerles juguetes de cuerda o de madera específicos para pequeños mamíferos será clave. No solo estarán entretenidas: además, estaremos cuidando de su salud bucal.

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Además de esto, no está de más enriquecer el espacio con nidos, hamacas o juguetes que cuelguen.

Y no: si decides tener chinchillas en tu vida no te arrepentirás. Disfrutarás de cerca de uno de los pequeños mamíferos más cariñosos y divertidos que existen.