Tortugas: decir adiós a la hibernación

El invierno ya está en sus últimos compases y, con los días cada vez más largos, se acerca el fin de un fenómeno natural que sucede todos los años: la hibernación de las tortugas. Ese adormecimiento al que se rinden cuando comienza el invierno y que es uno de los momentos más comprometidos para su salud. Porque, a pesar de lo que pueda parecer, el hecho de tener que aletargarse durante meses les supone un desgaste físico tremendo que es necesario no solo cuidar antes y mientras sucede sino también  contrarrestar con la llegada de la primavera para velar por su salud.

Aunque es un mecanismo natural de defensa contra el frío, la hibernación obliga a las tortugas a consumir su propia energía y vitaminas hasta el regreso del sol. Por eso mismo, con el fin de la hibernación, es fundamental prestarle mucha atención a nuestra tortuga en un aspecto básico y fundamental: su alimentación. Una clave absoluta para que se reponga correctamente de los meses de sueño pero, también, de que encare los de calor en perfecto estado de salud.

Comenzaremos a notar que nuestra tortuga sale de la hibernación porque retomará, poco a poco (no sucede de hoy para mañana), su actividad por el terrario: mientras las tortugas de tierra comienzan a desperezarse ahora, a las de agua todavía les hará falta algo más de tiempo (entre mediados de marzo y comienzos de abril, aunque su despertar está muy sujeto a la climatología y la incidencia del sol). Es probable que, de primeras, no tengan el apetito habitual e, incluso, que no sean capaces de reconocer el olor de la comida.

Si tenemos una tortuga de tierra, es importante que después de la hibernación la ayudemos a hidratarse correctamente mediante la alimentación
Si tenemos una tortuga de tierra, es importante que después de la hibernación la ayudemos a hidratarse correctamente mediante la alimentación

Para estimularlas y que vuelvan a la normalidad, es recomendable separar en dos tomas su alimentación del día: darles de comer por la mañana y al mediodía (momentos del día en el que están más activas) puede ayudarlas a reaccionar y a identificar el alimento. En el caso de las tortugas de tierra y cuidando su alimentaciónes recomendable ayudarlas tanto con un suplemento de vitamina A y C como administrándoles alimentos que las ayudan a hidratarse (como el tomate, la lechuga e incluso la manzana). Para las de agua e (insistimos) centrándonos en lo importante que es su alimentación en este momento de su ciclo vital, será importante contar con un alimento completo que tenga además un suplemento de calcio para ayudarles a reforzar el caparazón. Esto no quita que utilicemos en el la parte acuática del terrario una piedra de calcio (pensada no solo para ayudar a sus caparazones sino, también, para neutralizar el agua y enriquecerla. También ahora es el momento de comenzar a arreglar el espacio seco del terrario: los baños de sol también las ayudará a mejorar su tono físico y a aumentar sus reservas de vitaminas.

Y por último e igual de importante, no está de más pasar una revisión veterinaria en una clínica de exóticos: un chequeo para comprobar que, después de los meses de letargo, nuestra tortuga está en perfecto estado. Un punto de partida perfecto para descartar algunos de los efectos secundarios del sueño (deshidratación, parásitos, infecciones oculares o trastornos digestivos) y empezar la primavera con salud.

La mejor manera de disfrutarla.

Imagen | Fotero en Flick