Prepararnos nosotros, nuestro hogar, a nuestras mascotas… pero también a nuestras plantas. Porque son las plantas sin duda las que más acusan el frío que está por venir. Una razón importante para aprovechar estos últimos días de Septiembre previos a la entrada (de verdad) del otoño para comenzar a tomar precauciones para que, la próxima primavera, crezcan sanas. Precauciones muy sencillas que consisten, fundamentalmente, en ayudarlas a no sufrir con las bajas temperaturas.
Como es lógico, hablamos de plantas que pasan el frío del invierno en jardines, terrazas o balcones. La protección del frío en las plantas de interior no es tan importante aunque sí tendremos que tener algo en cuenta: con el comienzo de la temporada de calefacción, es importante alejarlas de las fuentes de calor. Lejos de lo que creemos, no lo agradecerán (se deshidratarán más deprisa) tanto como tener una fuente indirecta de sol.
PROTEGER TIESTOS EN EL EXTERIOR
Para aquellas plantas que tienen que pasar el frío fuera de casa, es importante proteger sobre todos sus raíces. Para cuando comiencen a bajar las temperaturas, es recomendable proteger sobre todo sus raíces con vistas a evitar que las heladas nocturnas puedan matarlas y, según el tipo de planta, incluso plantearnos tapar el arranque del tallo.
Cuando las plantas se encuentren en macetas, podemos optar por introducirlas en cubremacetas algo más grandes que el diámetro de la maceta. De esta manera y rellenando el espacio sobrante con un aislante como la cama para conejos, estaremos protegiendo las raíces de las bajas temperaturas. Esta práctica es perfecta, por ejemplo, para esos Geranios que durante el verano lucen con flores y que queremos que se mantengan igual el próximo año.

También podemos optar por una malla de hibernación para plantas (que podemos utilizar tanto para tapar el sustrato bajo el que se encuentran las raíces como el tallo de la planta). Una especie de manta térmica específica para plantas que nos ayudará a protegerlas, sobre todo, de las heladas. Algo que tendremos que utilizar, por ejemplo, para las Buganvillas que hayamos plantado directamente en sustrato pero también para proteger árboles o arbustos que no soporten bien las bajas temperaturas.
Otro remedio fantástico y a la vez decorativo son los invernaderos. No solo ayudarán a que nuestras plantas estén a salvo sino que, además, los hay para cualquier dimensión (también para terrazas o, simplemente, para colocar en la meseta de la cocina) con vistas a que, con más o menos espacio, las plantas estén protegidas de la intemperie.

Y un consejo para nuestros tiestos: ahora que todavía no han bajado las temperaturas, puede ser un buen momento para revisar el drenaje de las macetas. Tengamos en cuenta que, con la llegada del frío, los riegos menguan sobre todo para evitar que puedan helar las raíces de las plantas. El hecho de que cuenten con un buen drenaje que evite los encharcamientos nos estará ayudando a mantener sana la planta durante los meses de frío, de la misma manera que lo hará un sustrato rico en nutrientes.
PROTECCIÓN PARA PLANTAS DIRECTAMENTE EN SUELO
Para plantas que tengamos directamente en suelo en el jardín o en el huerto, también es importante tomar ciertas precauciones. Además de plantearnos emplear la malla de hibernación, la corteza de pino será una gran ayuda para mantener a salvo las raíces de plantas y arbustos. Gracias a sus propiedades aislantes, son unas compañeras perfectas para mantener protegida la tierra. Eso sí: no son recomendables para espacios hortícolas, ya que impiden el crecimiento de lo que esté plantado debajo.

Imagen: José Mesa
De uso tanto para huertos como, en un momento dado, para plantas son los túneles de cultivo. Un invernadero maleable con forma de gusano que nos permitirá mantener a salvo a nuestras plantas bajo él.
Y tú, ¿cómo proteges tus plantas del frío? ¡Cuéntanos tu secreto para que, año tras año, crezcan sanas y fuertes!
