Con la llegada de estas fechas, surge la eterna duda de cada año: ¿ponemos un abeto natural o artificial? Una pregunta en la que, en muchas ocasiones, se plantean valores añadidos como el hecho de que un abeto natural es más sostenible y, también, una ayuda para el Medioambiente. Sin embargo, son muchos los hogares que se plantean directamente un abeto artificial por diferentes motivos.
Cuestiones tan variadas como las dimensiones de una casa, los cuidados del abeto o, sin ir más lejos, la eterna pregunta de qué hacer con él cuando pasen las fiestas cuando no se dispone de jardín suelen ser motivos más que decisivos para inclinarse por un abeto artificial de Navidad.
Y que a nadie le pese porque, a pesar de que la Naturaleza no deja de ser siempre la mejor apuesta, hay motivos sobrados para tenerle cierto cariño también al abeto artificial y decidirse a incluirlo en nuestra decoración de Navidad.
COMODIDAD Y ECONOMÍA, DOS DE LAS GRANDES VENTAJAS
Si tenemos que renunciar a tener un árbol de verdad, o lo que es lo mismo un abeto natural, el hecho de apostar por el abeto artificial tampoco ha de ser un trauma. No cabe duda de que, si existen, es fundamentalmente porque pueden dar la misma respuesta a efectos estéticos que un árbol natural. Y con un añadido a tener en cuenta: su mantenimiento. Como es lógico, un abeto artificial de Navidad no exigirá todas las necesidades de temperatura, agua y luz que sí demanda uno natural. Con el fin de las fiestas, será tan sencillo como volver a guardarlo con vistas a disfrutarlo el próximo año.

Este hecho de poder desmontarlo y almacenarlo conlleva otra de sus ventajas: la economía. Al final, comprar una abeto artificial de Navidad supone una inversión a medio plazo ya que su mantenimiento no exige grandes sacrificios y, con los cuidados pertinentes, puede durar muchas Navidades. Una manera genial de optimizar la inversión que hagamos en él teniendo en cuenta que su coste es igual o, según tamaños, algo mayor que un abeto natural.
SEGURIDAD Y VERSATILIDAD, SUS ATRACTIVOS
Que nadie se preocupe: el hecho de que un abeto artificial esté realizado con PVC no tiene por qué ser un inconveniente. A pesar de ser menos ecológico que un abeto natural, un abeto artificial de Navidad conlleva un proceso de fabricación que en la gran mayoría de sus casos ofrece una cualidad única: ser ignífugo. De ahí que, aunque utilicemos una iluminación navideña que no contenga luces de LED (luces frías), no generará ningún problema.

Y, por último, planteamos otra de las ventajas de un abeto artificial para quienes todavía se resisten a renunciar a la naturalidad del abeto de verdad. La oferta en tamaños, formas y tipos de abetos es mayor en el caso de los artificiales que de los naturales. Algo que, además, en ocasiones contempla incluso que el propio abeto cuente con decoración.
Así, es muy habitual encontrar abetos artificiales de Navidad en los que están presentes piñas y bayas de acebo como parte del árbol. Una manera de darle cierta naturalidad añadida a nuestra decoración navideña.
Y si todavía tienes dudas y no te acaba de convencer apostar por un abeto artificial de Navidad, ven a verlos a nuestros centros o visita nuestra selección pinchando aquí. Descubrirás que, incluso no siendo naturales, pueden ser una buena opción para decorar la navidad en casa.
