Suponen un pedacito del Trópico, con esa rabiosa Naturaleza que conllevan sus hojas y su colorido. Las palmeras no solo son plantas perfectas para saborear el verano con una nota exótica sino que, además, podremos disfrutar de su colorido natural todo el año. Con un añadido: son una fuente natural de aire limpio. Un auténtico pulmón dentro de casa.
Por eso mismo, además de por ser un elemento decorativo natural, es interesante incluirlas en el paisaje de nuestra casa para ayudar también a un ambiente mucho más saludable. Una doble ganancia para la vista y para nuestro bienestar personal.
Además del punto tropical, las palmeras son buenas compañeras si queremos recrear ya sea dentro de casa como fuera (eso sí: atentos a las necesidades de cada una si no queremos llevarnos un disgusto con el frío del invierno) un espacio exótico o mediterráneo. Aunque cada palmera tiene sus particularidades, sí comparten una máxima común: son plantas resistentes y duraderas que requieren de pocos cuidados para vivir, ya sea en interior o exterior (tanto en un jardín como en una terraza).
PALMERAS QUE CONVIVEN CON EL FRÍO
Lo cierto es que la amplia variedad de palmeras existentes (si quieres conocerlas, pincha aquí) nos permite jugar con ellas para crear nuestro propio paisajismo. Combinándolas en alturas o, incluso, por el colorido de sus hojas o flores podemos crear paisajes personales bonitos y exóticos que nos llevarán poco trabajo. Sobre todo, porque además de resistir sin problemas las altas temperaturas, su morfología hace que no se lleven mal con la sequía y algunas incluso soportan bien el frío del invierno.
Así, si queremos contar con ellas, hay algunas que no debemos perder de vista. El Palmito, por ejemplo, es perfecto para zonas en las que nos conste que la temperatura puede bajar bastante durante el invierno (aguanta hasta 15 cuando se trata del arbusto, y hasta 17 grados por debajo de cero si es el arbóreo). Añadido, su particular disposición de las hojas (que salen en abanico, prácticamente desde la base) la convierte en de las palmeras domésticas más llamativas y hermosas.

Sin llegar a temperaturas tan extremas, la Washingtonia (que puede vivir hasta 10 grados por debajo de cero), la Yucca de Exterior (que aguanta hasta -5º) o la Phoenix Roebellini (que aguanta hasta -3º) también admiten el frío sin llegar al extremo de resistencia de las anteriores. Eso sí, comparten con ellas un aspecto muy interesante: pueden vivir a pleno sol y no son exigentes con el riego.
Algo que las convierte en perfectas para los amantes de la Naturaleza poco duchos en plantas, para quienes se están iniciando o para quienes pasan periodos fuera de casa.
LAS PALMERAS NO SON SOLO VERDES Y, ADEMÁS, FLORECEN
Y rompamos un par de mitos. El primero: a pesar de que es su color característico, las palmeras no son solo verdes. Uno de los mejores ejemplos de ello es la Cordyline Red Star. Una singular palmera que requiere para vivir un riego controlado, un suelo fértil y un buen drenaje. Con los cuidados precisos, podremos disfrutar de ella y del particular colorido de sus hojas que se tornan en rojizas, abarcando la gama completa (desde el anaranjado hasta el rosa).

El segundo mito es que no florecen: sin ir más lejos, la Yucca es un ejemplo de floración que va acorde con su espíritu tropical. Aunque es cierto que la floración de las palmeras no es muy significativa (sus flores suelen ser pequeñas), también es cierto que entre mayo y agosto suelen deleitarnos con ellas.
Y tú, ¿tienes alguna en tu hogar? ¡Cuéntanoslo!
