Cuidarle velando por su salud y su bienestar emocional: así es ser dueño responsable de un perro. Un compromiso en el que no solo hay que contemplar sus revisiones veterinarias o los tan necesarios paseos o juegos sino, también, un factor que es clave en su salud: su alimentación.
Porque, a pesar de que todos los perros comparten su voracidad, es cierto que su alimentación depende de muchos factores. Raza, edad, estilo de vida o problemas de salud son factores fundamentales a tener en cuenta a la hora de elegir su comida.
Y, con vistas a que esa alimentación diaria sea parte de su salud, es importante conocer qué necesita exactamente un perro según el momento de su vida. Una responsabilidad como dueños de elegir el pienso o comida húmeda más adecuada para él.
ALIMENTACIÓN VARIADA, ALIADA DE LA SALUD
A diferencia de otras mascotas, el perro no es un carnívoro estricto. Es más: para mantenerle sano, es importante que su alimentación no se base solo en las proteínas procedentes de la carne ya que ésta también proporciona grasas que, en su justa medida, son sanas para diferentes funciones corporales del perro.
Sin embargo, también es importante que en la dieta del perro se incluyan otro tipo de alimentos como los carbohidratos, las vitaminas o los minerales esenciales. Una alimentación equilibrada que cubra todas sus necesidades.
Y en ese equilibrio hay un protagonista absoluto: los ácidos grasos esenciales. Unos que son responsables de funciones vitales en el perro como mantener sus niveles de energía o una piel sana pero también de otros como mantener el brillo del pelo. Precisamente por esto, es importante elegir una alimentación en la que los ácidos grasos esenciales, ya procedan de carne o pescado, estén presentes en una proporción mayor que la de cereales, por ejemplo.
A pesar de que es poco común, es importante saber que hay determinados productos de alimentación para perros basados en el pescado por su alta concentración en ácidos Omega 3. Unos aliados únicos para proteger el sistema cardiovascular, las articulaciones, el sistema inmune e incluso el nervioso.
LAS CANTIDADES: NI MÁS NI MENOS
Además de elegir la alimentación más adecuada para un perro en cada momento de su vida (recordemos que no es la misma para un cachorro que para un perro senior), tenemos que ser sumamente cuidadosos con las cantidades.
No podemos obviar que la voracidad del perro no tiene límite y, con vistas a evitar uno de sus mayores enemigos (el sobrepeso y todas sus consecuencias), es importante cumplir de manera rigurosa con unas pautas básicas de alimentación.
Para que nuestro perro esté sano, es importante restringir el número de tomas (según la edad) y las chucherías. No se trata de evitar que coma sino, más bien, de que lo haga de una manera proporcionada a su edad, su salud y el ejercicio físico que realice.
Un consejo: no caer en la tentación ni en el chantaje. Porque ese gesto de cumplir constantemente los deseos de nuestro perro en lo que a alimentación se refiere no es amigo de su bienestar.
Y ahí está la clave. En crear una armonía perfecta entre nuestras pautas de alimentarle y los nutrientes con los que lo hagamos que tiene un único objetivo: que nuestro perro se alimente de manera sana y sea, por tanto, más feliz.
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