Está claro que los beneficios para un niño de tener un animal son muchas y, por eso, a partir de los 4 o 5 años es más que habitual que aquellos que están mínimamente relacionados con el mundo animal decidan comenzar a demandar la compañía de un animal. Un compañero de juegos pero, también, una auténtica responsabilidad con el compromiso fundamental que ha de tener todo dueño de cualquier animal: su cuidado.
Por eso, si estamos pensando elegir para nuestro hijo un animal que sea amigo pero también manera de educar, tendremos que elegirlo cuidadosamente. Una elección que tendremos que basar no solo en la cantidad de tiempo que requiere sino, además, en los gastos veterinarios que pueden suponer y en una realidad: en muchas ocasiones y aunque un niño sea su dueño, tendremos que velar como adultos de su bienestar.
Y para elegir el mejor animal para nuestro hijo, nada como conocer un poco más de ellos y de sus necesidades. Una forma de acertar tanto en lo que buscamos (un animal para nuestro pequeño) como en lo que necesita el nuevo miembro de nuestra familia.
ASPECTOS A TENER EN CUENTA ANTES DE ELEGIR UN ANIMAL
Para empezar, es fundamental que la decisión de incluir un animal en casa no responda únicamente al capricho de un niño. Incluso cuando se trata de animales de pequeño tamaño, hemos de ser conscientes de que ese animal supeditará la vida de toda la familia.

Añadido, tendremos que hacer especial hincapié en la educación de nuestro hijo respecto a sus cuidados: involucrarlos en su bienestar es una forma no solo de educarlos como dueños responsables del futuro sino, también, como parte activa de la vida de nuestra mascota.
Por este motivo, es importante que los niños entiendan que su animal no es un juguete sino un compañero. Un punto de partida de educarles en el respeto del animal pero, también, de que tomen conciencia de que son un ser vivo con su carácter y necesidades. Un aliado para mejorar muchos aspectos de la vida del niño (su capacidad de compromiso y responsabilidad, su sociabilidad, la toma de conciencia de la vida animal, etc.) pero, también, una auténtica obligación.
CÓMO ELEGIR EL MEJOR ANIMAL PARA UN NIÑO
Por todos los motivos que acabamos de ver, es importante elegir el animal de compañía más adecuado para nosotros. Una elección que se basa en nuestro estilo de vida pero, sobre todo, en nuestra capacidad de dar respuesta a las necesidades de cada animal.
Hoy nos centramos en conejos y roedores, ya que son estos pequeños mamíferos los favoritos y más sencillos en la iniciación de los más pequeños en el mundo animal.
Hámsters
Inteligentes, simpáticos y curiosos los hámsters se postulan como un primer animal perfecto para un niño. Más allá de que sean animales con poca complejidad en lo que respecta a sus cuidados y de robusta salud (a pesar de que vimos hace poco sus dolencias más habituales), son un animal perfecto para la iniciación en la alimentación y mantenimiento de su jaula. Dos tareas perfectas para los pequeños de la casa.
Además, dado que son animales que viven durante gran parte del tiempo en jaula (aunque es recomendable que salgan con supervisión), pueden integrarse perfectamente en cualquier hogar (incluso en uno pequeño) y transportarse sin mayores problemas.
Conejos
Afables y cariñosos, los conejos también son un excelente animal para los niños. Aunque toleran bien la soledad de sus jaulas, es cierto que tienen necesidades diarias de salir de ella por lo que es más que recomendable dedicarles un rato al cabo del día para que jueguen y corran por casa (siempre con supervisión por si muerden, por ejemplo, cables). Además, son animales exigentes con la limpieza y mantenimiento diario de su comida, agua y lecho (importante tener esto en cuenta al plantear las tareas del día a día).
A pesar de ser un maravilloso compañero, es cierto que son más delicados que otros animales por lo que tendremos que tener preparado un pequeño presupuesto habitual para las visitas al veterinario.
Jerbo
Simpáticos y sociables, los jerbos no solo son gregarios (algo que nos obligará a tener al menos una pareja) sino que además tienen unas necesidades muy específicas de espacio. Aunque sus cuidados se asemejan en sencillez con las del hámster, lo cierto es que necesitan mucho más espacio que ellos: para empezar, tendremos que contemplar una jaula completamente metálica (son altamente destructivos) y de una altura considerable (ya que son grandes saltadores).
Esto hace que sea más complicado transportarlos en un momento dado, ya que incluso más que una jaula lo ideal es tenerlos en terrarios.
Chinchilla
A pesar de que no necesitan muchos cuidados, las chinchillas sí son animales que exigen cierta supervisión de manera constante a lo largo del día por no hablar de que su salud depende de contar con una limpieza absolutamente impecable y constante de sus jaulas.
De cuidados más específicos que otros roedores, tendremos que tener en cuenta que también su alimentación es más compleja (de ahí que tengamos que prever no solo su pienso específico para ellas sino además vegetales frescos, alfalfa y heno) y el espacio que requieren más grande (necesitan una jaula o terrario en altura, y un espacio para baños de arena).
Cobaya
Preciosas y cariñosas, las cobayas son quizás el roedor con necesidades más exigentes. No solo porque no comen pienso (tienen que contar con heno, y si es natural mejor, de manera continua en su espacio) sino, también, porque para velar por su salud tendremos que suministrarles de manera continua agua limpia y vegetales que cubran sus necesidades.
Dado que pueden llegar a alcanzar un tamaño considerable (hasta 40 centímetros), también requieren espacios más grandes que dificultan su transporte. Y, dadas sus necesidades de control (mínimo tres veces al día, con limpieza de su espacio incluido), tampoco podemos dejarlas solas.
Cinco animales diferentes para cinco niveles de compromiso con ellas. ¿Cuál elegirías como compañero de la vida de tu hijo?





