Llega ese temido momento, el inevitable que nos supone el miedo como punto de partida: bañar a nuestro perro. Si para nosotros puede parecer un trance, en muchos casos para ellos también lo es. Ni todos los perros son amantes del agua ni muchas veces sabemos bañarlos correctamente. ¿Por qué no transformarlo en algo agradable tanto para ellos como para nosotros? Muchas veces, educarlos para que encuentren placer en el baño pasa porque nosotros como dueños hagamos nuestra parte.
Por eso, y aunque parezca tan sencillo como meterlo en la bañera, es importante que sepamos que no siempre es así. Debemos elegir un lugar en el que nuestro perro esté cómodo pero también que sea manejable para nosotros (tanto para poder frotarle correctamente, como para poder manejarnos con él). Y tan importante como esto es tener en cuenta la temperatura del agua: elegir el agua tibia (más fría que caliente) puede ser un gran aliado para que se encuentren a gusto a remojo. También es importante recordar que tendremos que bañarle con collar y correa. Un gesto que nos ayudará a poder controlarlo (sobre todo si el baño es al aire libre y sabemos que, cuando se canse, puede escaparse) pero también a evitar que en un mal gesto pueda entrarle agua en los ojos o en los oídos (es más recomendable lavar las zonas cercanas con un paño húmedo) sobre todo cuando se trate de enjuagarlos.
Como regalo, el mejor momento para ellos: secarse. Si queremos evitar que se sacudan el agua (y nos pongan todo pingando de agua), lo mejor es envolverlos en una toalla y secarles con cierta fuerza para que puedan sentir el secado como un auténtico masaje. Calmarles utilizando un tono de voz cariñoso y suave ayudará a que se sientan cómodos en el último paso de su baño. Y, lo que es mejor: ayudará a fomentar un buen recuerdo. Un gran paso para hacer del próximo baño una experiencia mejor.
Y, tan importante es saber cómo bañarlos como el qué utilizar durante el baño: desde elegir un cepillo de cerdas suaves (que nos ayude no solo a desenredar el pelo sino, también, a extender bien el jabón) a utilizar el champú adecuado (según cada tipo de pelaje) o, incluso, plantearnos incluso el uso de acondicionador (cuando se trata de perros de pelo largo o muy rizado que necesiten un cepillado para desenredar y poder aclarar correctamente).
Foto | Jennifer Hughes