Desde hace unos años, las intolerancias alimentarias en perros son cada vez más habituales. Un contratiempo para su salud que compromete en gran medida el bienestar de nuestro animal. Por ello conocer a fondo qué son y, lo más importante, cómo se manifiestan es fundamental. Solo así, observando el comportamiento de nuestro perro, podremos detectar que algo no marcha como debe y cuidar mejor de su salud.
Junto con el ejercicio para perros, la alimentación es otro pilar fundamental para su correcta salud física. Algo que sabe cualquier dueño responsable de estos animales, y que nos obliga a documentarnos a fondo sobre los distintos tipos de carnes para comida de perros o cuál es la dieta ideal para el nuestro. Pero de la misma manera que sabemos exactamente qué debe comer nuestro peludo desconocemos cómo puede manifestarse una intolerancia alimentaria.
Un aspecto en el que conviene ahondar para que, si se da en nuestro perro, tomemos cartas en el asunto lo antes posible.
¿QUÉ SON LAS INTOLERANCIAS ALIMENTARIAS EN PERROS?
Definir qué son las intolerancias alimentarias en perros nos permite conocer el impacto que pueden tener en la salud del nuestro. Aunque podamos pensar lo contrario, no son puramente una dolencia ni están relacionadas con el sistema inmunológico de nuestro animal. En realidad, son el resultado de un funcionamiento anormal de su sistema digestivo. Cuando se da esta disfunción, el organismo de nuestro perro no es capaz de asimilar determinados nutrientes o, incluso, no puede hacer la digestión correctamente.
Otro aspecto que debemos conocer es que la respuesta física de nuestro animal ante un alimento al que es intolerante no es inmediata. En realidad, se manifiesta transcurridos hasta tres días desde el momento de la ingesta. Un lapso que, en muchas ocasiones, puede despistarnos a la hora de detectar que es intolerante y qué causa esta reacción.
Y ese es, precisamente, otro detalle que debemos conocer. Cuando hablamos de intolerancias alimentarias en perros solemos pensar, automáticamente, en el trigo: un cereal que suele estar presente especialmente como parte de las recetas de pienso para perros, y que también es causante de múltiples intolerancias en seres humanos. Sin embargo no es el único alimento que puede provocarlas. Huevo, soja, maíz o leche en el caso de perros con problemas metabólicos engrosan la lista de ingredientes que pueden provocar alteraciones en nuestro animal.
¿Es lo mismo un perro intolerante que un perro alérgico?
Una duda habitual y lógica. Pero no: un perro alérgico no es lo mismo que un perro intolerante. Cuando nuestro perro es alérgico, la reacción física de su cuerpo es sustancialmente diferente. No responde a una disfunción sino a una reacción de su sistema inmunológico, que detecta como cuerpo extraño ese alimento que no tolera generando anticuerpos contra él.
A diferencia de lo que sucede con las intolerancias alimentarias en perros, las alergias se manifiestan de forma súbita tras la ingesta del alimento en un breve periodo de tiempo. Y lo más preocupante: pueden poner en riesgo la salud de nuestro animal, ya que puede darse el llamado shock anafiláctico.

¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS DE UNA INTOLERANCIA ALIMENTARIA?
Dado que las intolerancias alimentarias en perros son de naturaleza digestiva, sus síntomas también son gastrointestinales. Unos sencillos de reconocer y que debemos conocer. En líneas generales, un perro intolerante presenta en las 72 horas posteriores algunos o varios de los siguientes síntomas:
- Vómitos
- Diarreas
- Flatulencias
- Dolor abdominal
Además y de forma paralela, también podemos detectar otros síntomas que nos permitirán estar alerta. Por un lado, es probable que nuestro animal no tenga apetito e, incluso, presente una bajada momentánea de peso o hinchazón del abdomen.
Pero no son las únicas manifestaciones. Cuando nuestro perro continúa ingiriendo los alimentos que le provocan esta reacción física de forma regular sin que detectemos estos síntomas, también puede presentar dolencias cutáneas. Así picores, caída del pelo en zonas determinadas, un lamido excesivo de las patas o, incluso, la característica dermatitis atópica también nos indican que hemos de cambiar la dieta de nuestro peludo.
¿CÓMO COMBATIRLAS?
Como decíamos, identificar las intolerancias alimentarias en perros en ocasiones puede resultar complicado. Sin embargo, si detectamos cualquiera de estos síntomas que hemos comentado lo ideal es visitar a nuestro veterinario de confianza. Lo ideal es que un profesional nos indique cómo poner en marcha la llamada dieta de eliminación: una estricta pauta de alimentación monoproteica en la que, durante un tiempo determinado, nuestro perro ingerirá de forma exclusiva una única proteína.

Transcurrido el plazo fijado por nuestro veterinario y si los síntomas intestinales o cutáneos han remitido, lo más probable es que nos plantee administrarle a nuestro perro el alimento sospechoso de causarle la intolerancia. Si, nuevamente, los síntomas reaparecen sabremos que hemos de eliminarlo de su dieta por completo.
Y no: no es posible evitar la aparición de las intolerancias alimentarias en perros ya que no siguen una pauta concreta. Sin embargo, cuidar del correcto funcionamiento del sistema inmunológico de nuestro perro y velar por una alimentación de calidad siempre jugarán a favor de su buena salud.
Y no cabe duda: eso, cuidarle, es la mejor dieta que existe.

