Es una de las aves domésticas para populares en los hogares de nuestro país y, también, una de las más atractivas por múltiples motivos. Y no: su popularidad no se debe a su obvia belleza ni tan siquiera al hecho de que los cuidados de la Isabelita del Japón sean sencillos, ya que es un pájaro robusto y poco exigente. En realidad, la fascinación por esta ave se debe a otros detalles que a convierten en un ser único. Y es que, por más que la busquemos, jamás la encontraremos en estado salvaje. El motivo es sencillo: es fruto de una serie de cruces en cautividad.
No es la única cosa que asombra cuando ahondamos en el también llamado capuchino del Japón. A pesar de que su nombre tiene una referencia nipona, la realidad es que se cree que la cría de estos pájaros tal y como los conocemos se inició en China: un país que rinde tributo al disfrute y la cría de aves desde tiempos inmemoriales. Sería gracias a su llegada al zoo de Londres, allá por 1860, como nuestro Viejo Continente se rindió a sus encantos por dos motivos fundamentales: su perfecta adaptación a la vida en pajareras y aviarios pero, también, su increíble carácter.
Pero dejando al margen su atractiva historia, veamos cuáles son los cuidados de la Isabelita del Japón. La mejor manera de poder velar por el bienestar de estos preciosos pájaros y disfrutar de su compañía.
- QUÉ DEBES SABER SOBRE LOS CUIDADOS DE LA ISABELITA DEL JAPÓN
- 1. Su espacio, uno de sus exigencias menores
- La ubicación de su habitáculo, sumamente importante
- 2. La alimentación, lo más importante en los cuidados de la Isabelita del Japón
- 3. El nido y la bañera, mucho más que atrezzo
- 4. La revisión veterinaria, algo que no podemos pasar por alto
QUÉ DEBES SABER SOBRE LOS CUIDADOS DE LA ISABELITA DEL JAPÓN
Antes de más, conviene saber en detalle cómo son estas aves de porte humilde. Una de las principales características de la Isabelita del Japón es que son pájaros vigorosos de apenas 11 centímetros de altura. Los colores de su plumaje oscilan entre el negro y el chocolate, salpicados por otras plumas blancas e, incluso, rubias. Y, mientras en algunos ejemplares predominan los tonos oscuros, en otros casi no hay rastro de ellos. Podríamos pensar que estas tonalidades son indicadores del sexo del animal, pero la realidad es bien distinta: no hay ninguna señal física que nos permita diferenciarlos. Sí podemos guiarnos por su comportamiento para averiguarlo: los machos son más ruidosos y cantarines, mientras que las hembras no cantan.
Pero además de esto, hay algo incluso más interesante: su personalidad. Uno de los rasgos que define al Manón de Japón, otro de sus nombres populares, es que es un pájaro sumamente sociable y acostumbrados a la presencia del ser humano. No solo no necesitan aclimatación cuando llegan a un nuevo espacio sino que, incluso, agradecen la presencia de sus dueños.
Tampoco son aves territoriales ni tan siquiera en época de cría, por lo que no tendrán problemas de convivencia ni con otros congéneres ni tampoco con aves de otras especies. Es más: dentro del mundo de las aves, se les reconoce por ser un auténtico ejemplo en lo que respecta a su maternidad y paternidad. Algo que les empuja a cuidar con esmero de sus huevos pero también de los de cualquier otro pájaro que necesite una nodriza.
Comprendidas un poco mejor sus características, es momento de ver en detalle los cuidados de la Isabelita del Japón. Unos que hacen de ellas unas aves perfectas para quienes se inician en cuidar pájaros pero, también, para quienes quieren disfrutar de su carácter.
1. Su espacio, uno de sus exigencias menores
Cuando nos planteamos cómo elegir jaulas para pájaros correctamente son muchos los detalles que debemos contemplar. Y si bien hay aves que tienen necesidades concretas en lo que respecta a sus pajareras, no sucede lo mismo en el caso del capuchino de Japón. Para que se encuentren cómodos en su espacio, tan solo debemos contemplar que el habitáculo sea más ancho que alto ya que son dados al vuelo en horizontal. A diferencia de lo que descubrimos, por ejemplo, cuando revisamos los cuidados de los periquitos; los ejemplares de Isabelita del Japón no necesitan vuelos libres.

Además y por sus características, es importante que nuestras aves cuenten con barras en las que sostenerse. No solo les permitirá mantener su rutina de actividad habitual sino que, además, ejercitará sus patas.
La ubicación de su habitáculo, sumamente importante
A pesar de que es un ave sumamente resistente al frío, su habitáculo no puede exponerse a corrientes de aire. Además agradecen estar en un lugar soleado y, en épocas de primavera, tener ratos en exterior en el que puedan recibir mayor luminosidad: es fantástico para que su metabolismo cargue pilas, de forma natural, de vitamina D. Muchísimo cuidado durante el verano: pueden sufrir insolaciones si los exponemos a sol directo en las horas más fuertes del día.
Por último, recordemos lo crucial de limpiar su espacio de forma regular y colocar en el suelo de su habitáculo arena para pájaros o un lecho higiénico. No solo nos ayudará muchísimo en el mantenimiento sino que, además, evitará la proliferación de bacterias que puedan ser peligrosas para su salud.
2. La alimentación, lo más importante en los cuidados de la Isabelita del Japón
Como sucede en cualquier otro animal, la dieta es clave para la correcta salud de estos pequeños pájaros. La forma de su pico nos da una pista de cuáles son sus necesidades. Y es que la Isabelita del Japón es un ave fundamentalmente granívora, por la que este tipo de alimentación debe ser la base de su dieta. Alpiste, mijo, panizo o avena son algunos de los básicos que tendremos que ofrecerle a nuestro pájaro; y que podemos encontrar, por ejemplo, en los alimentos para periquitos.

Tan importante como conocer la importancia de la alimentación natural en aves y optar por este tipo de dieta es completar su aporte energético. Para ello, lo ideal es ofrecerle de forma regular vegetales como la lechuga o la espinaca; y de forma puntual fruta fresca como la manzana. Importante: si nuestros pájaros no consumen el alimento fresco que le ofrezcamos en el plazo de unas horas, conviene retirarlo de la pajarera para evitar que la descomposición nos traiga alguna infección.
Por último, es clave que tenga siempre acceso a agua fresca y fundamental que la cambiemos con carácter diario.
3. El nido y la bañera, mucho más que atrezzo
Podríamos pensar que se trata, simplemente, de accesorios para ave pero nada más lejos de la realidad. En realidad, tanto el nido como la bañera son fundamentales para su bienestar físico pero, sobre todo, emocional.
En el caso del nido y aunque no tengamos intención de criar, aspecto que se le da muy bien a la Isabelita del Japón, es fundamental que se lo ofrezcamos. Como sucede cuando ahondamos en los cuidados del diamante mandarín, a la Isabelita le gusta refugiarse para dormir en estos habitáculos. Y no solo eso. es importante que le ofrezcamos con qué mullir su espacio para que estén más cómodos. Algo que podemos hacer, por ejemplo, con heno del que se utiliza para conejos.

Tan importante como esto es ofrecerle una pequeña bañera en la que pueda pegarse sus chapuzones, y no solo en los meses de calor. Una a la que tendremos que cambiarle el agua con carácter diario, ya que es muy probable que beba en ella.
4. La revisión veterinaria, algo que no podemos pasar por alto
Por fáciles que sean los cuidados de la Isabelita del Japón y aunque sean una especie sumamente resistente y robusta, necesitan un control veterinario regular como cualquier otro animal. Algo que debemos pautar al menos con carácter anual y para el que debemos contar con un profesional especializado en exóticos.
¿Te animas a tener la Isabelita del Japón entre tus aves? ¡Disfrutarás de unos pájaros tan sencillos de cuidar como hermosos!

