Cuando nos adentramos en los cuidados del bonsái de interior o exterior, saber qué es la akadama es una de las dudas más habituales. Entendemos que tiene una relevancia en su cultivo pero, en la gran mayoría de los casos, desconocemos por completo de qué se trata exactamente. Una duda que queremos despejar hoy con este post, que te servirá para comprender hasta qué punto este sustrato es útil. Y no: aunque su uso más popular sea en el entorno de los bonsáis, lo cierto es que tiene múltiples aplicaciones para otro tipo de plantas como pueden ser cactus y crasas.
Aunque a priori solo veamos tierra o un suelo sobre el que nuestras plantas se sustentan, la cosa va mucho más allá. Algo que solemos descubrir cuando nos preguntamos qué tierra es mejor para plantas o indagamos en los distintos tipos de sustratos para plantas que existen. Hacerlo implica descubrir términos como arlita o vermiculita; pero, sobre todo, aterrizar en un hecho: un suelo equilibrado y funcional para nuestras plantas no solo tiene sustrato. Y precisamente porque es crucial y de él depende, en gran medida, el desarrollo de cada especie es fundamental prestarle la atención que merece.
Por ello, veamos a fondo qué es la akadama. Y lo que es todavía más importante, dejando a un lado la curiosidad: hasta qué punto rema a favor de la buena salud de tus bonsáis y otras plantas.
¿QUÉ ES LA AKADAMA?
La akadama es el sustrato más utilizado en el entorno del bonsái, tanto en solitario como formando parte de una mezcla de enmiendas. Al igual que sucede cuando conocemos a fondo qué es la perlita para plantas, la akadama también es de origen volcánico y, para más señas, solo es posible encontrarla en Japón. A diferencia de la multifacética perlita, no es un mineral: en realidad, lo que es más sorprende de qué es la akadama es descubrir que se trata de una arcilla granular. Tras ser extraída de la naturaleza, se procesa a altas temperaturas. ¿Cuál es el objetivo? Mejorar, mediante el calor, su mayor resistencia pero, sobre todo, propiciar que cuente con una mayor porosidad.

De color rojizo cuando está seca y marrón oscuro si se encuentra húmeda, su principal característica es que cuenta con granos gruesos y sumamente porosos. Dos detalles en los que radica su vital importancia para el bonsái. Por un lado, facilitan la ventilación y oxigenación de las raíces. Por otro, tienen la increíble capacidad de mantener la humedad evitando los tan poco deseados encharcamientos.
Además y debido a su pH, que oscila según el tipo de akadama entre 6,5 y 6,9; es ideal para mezclas de sustrato destinadas a plantas acidófilas.
Por sus características, hay un aspecto que debemos conocer cuando descubrimos qué es la akadama. Su vida útil es de unos años a diferencia de lo que sucede con otros sustratos y enmiendas. Su desgaste está sujeto a la climatología y, especialmente, a las heladas. Por lo que es importante saber que en nuestros bonsáis o plantas de exterior tendremos que renovarlo cada ciertos años según las características del lugar en el que vivamos.
¿QUÉ USOS TIENE LA AKADAMA?
Comprendido qué es la akadama, es momento de saber cómo valernos de ella en nuestras plantas.
1. Ejerce el papel de indicador de riego
Si nos estamos iniciando en el fascinante mundo de cuidar plantas en general o bonsáis en particular, puede ser nuestro mejor amigo. ¿El motivo? Bastará con observar su coloración para saber si es momento de regar y, de paso, evitar ese encharcamiento tan clásico en aprendices de jardinería.
Es importante contemplar que en el cultivo de plantas en macetas como los bonsáis el cuidado más delicado es siempre el riego. Una maceta no es más que un contenedor, y no tiene la capacidad de evacuar el agua que puede tener el suelo natural. Por esta razón y para evitar llevarnos disgustos, contar con alguna ayuda extra para saber cuándo regar es crucial.

2. Completar los sustratos para bonsái, uno de los usos de la akadama
Como sucede con otras plantas, el suelo de un bonsái no es únicamente un sustrato. En realidad, lo ideal es que sea una mezcla de ellos ya que cada uno jugará su papel a favor del bienestar de nuestra planta. En el caso de la akadama, incluirla como parte del suelo de nuestro pequeño árbol mejorará sustancialmente la estructura del suelo. No solo favorecerá la oxigenación de las raíces: también les dará el justo grado de humedad que necesitan, sin caer en el error de los excesos.
Además y aunque todavía existe mucha controversia al respecto, a la akadama se le atribuye la capacidad de mejorar la absorción de nutrientes.
3. Para aclimatar plantas acidófilas que no están en el clima que les corresponde
Como decíamos antes, tiene un pH muy determinado que puede ser aliado para corregir defectos en el suelo. Y, aunque pensemos que es secundario, nada más lejos de la realidad: la presencia de akadama en el suelo favorecerá el desarrollo de la planta y no, únicamente, su supervivencia.
Pero tan importante como saber qué es la akadama es tener algo claro: su uso en el cultivo del bonsái tiene una tradición casi milenaria. Así que está claro: su presencia juega a favor de su buena salud.
