Es uno de los momentos más exigentes del año y, precisamente por eso, conviene conocer las tareas del huerto en julio. Un mes en el que no solo se registra un incremento notable de la temperatura sino que, además, es sinónimo de actividad de nuestros cultivos. El calor activa y acelera su crecimiento. Algo que nos obligará a estar especialmente pendientes de ellos y su evolución.
Por eso mismo, es conveniente que cada dos o tres días le pasemos revista a nuestros cultivos especialmente si tenemos tomateras, pimientos, judías y otras plantas que empecemos a recoger en este momento. Para ellas, es importante estar pendientes de las plantas ayudándolas a crecer bien (conviene revisar los tutores) y echándoles una mano para que los frutos engrosen. Por eso, es fundamental que en determinados cultivos (como los tomates, el calabación, los pimientos o las berenjenas) vigilemos las plantas e, incluso, nos planteemos realizar podas. Unas podas en las que retiraremos aquellas partes de la planta que no han crecido con fuerza. De esta forma, estaremos ayudando a que el resto de la planta lo haga en condiciones y, de paso, los frutos engrosen al ganar energía.
Además, y dado que estamos en el momento en el que muchas plantas terminan su ciclo productor, es importante estar pendientes de la recolección antes de que comiencen con al espigado. Así, estaremos especialmente pendientes de acelgas, lechugas o espinacas ya que si nos despistamos un poco echarán flor. Si esto sucede, lamentablemente no podremos disfrutarlos en el plato. Sin embargo, y siguiendo la buena norma del huerto, no las tiraremos: nos servirán, una vez completen la floración, para hacer nuestro propio compost y enriquecer la tierra para próximos cultivos.
Otras tareas y el riego como protagonista
Y, de la misma manera que nuestro huerto crece, también lo hacen las malas hierbas. Algo que no solo es molesto para nuestros cultivos sino que, incluso, es negativo para ellos. Tengamos en cuenta que las hierbas no deseadas son ladrones de agua y de energía para nuestras plantas. Un motivo más que suficiente para tenerlas a raya y dedicarle a nuestro huerto un ratito cada dos o tres días con vistas a eliminarlas.
Porque, precisamente en este mes, no podemos permitirnos que nada le robe el alimento a nuestras plantas. Y es el riego, sin duda, uno de los factores más importantes a controlar. No solo tendremos que intensificarlo (regar cada dos días o, según las zonas y las temperaturas, de manera diaria) sino que además procuraremos siempre realizarlo por la tarde y evitando los sistemas de aspersión (que pueden mojar los frutos de nuestro huerto y provocar que se estropeen con el sol). Una razón para plantearnos incluir un sistema de riego por goteo que nos permita mantener la hidratación de manera constante sin sobresaltos.
Cosechar, la labor más importante del mes
Más que sembrar, Julio en el huerto es el momento de recoger. El de saborear los frutos de nuestro hobby y comprobar por qué merece la pena tener nuestra propia alimentación. Así, durante este mes la lista de cultivos a recoger es extensa y variada: apio, acelgas, berenjenas, calabacín, escarola, garbanzos, lechugas, maíz, pepinos, pimientos, puerros, remolacha, tomate o zanahoria.
Y, si decidimos comenzar a sembrar, es momento de cultivos como la zanahoria, la rúcula, la escarola y las espinacas. De encontrarnos en zonas frías, para el brócoli también es un buen momento.2
Por último, un consejo: lo más probable es que nos encontremos con un gran número de verdura de nuestro huerto y está claro que consumirla diariamente puede resultar un tanto cansado. Por eso, recomendamos que aproveches los frutos para preparar conservas, salsas y mermeladas.
Una manera de aprovecharlos y disfrutarlos a largo plazo y aprovechándolos en tu alimentación… ¡que es el objetivo de este hobby que engancha!
