Enfermedades comunes en el hámster

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Los hámsters son uno de los animales más habituales en los hogares españoles, sobre todo cuando hay niños en casa y queremos iniciarles en el compromiso de ser dueños responsables de una mascota. A pesar de ser animales de pequeño tamaño, lo cierto es que los hámsters son animales robustos y con una increíble naturaleza.

Sin embargo, como todos los seres vivos sufren una serie de dolencias. Unas que es importante identificar rápidamente para poder ponerles solución (la mayoría de ellas, veterinario mediante) aunque también es cierto que, en muchas ocasiones, velar por su salud tiene únicamente dos claves: mantener una correcta higiene del espacio de nuestro hámster y procurarles una alimentación completa y sana.

A pesar de esto, hoy vamos a pasarle revista a algunas de las dolencias más habituales en los hámsters para que sepamos identificarlas. Una forma de cuidarles todavía mejor.

IDENTIFICAR ENFERMEDADES DEL HÁMSTER

Aunque los hámsters son animales eminentemente nocturnos, para poder saber si están en perfecto estado de salud tendremos que basarnos en la observación (tanto mientras duermen durante el día, como a su comportamiento cuando comienzan a activarse por la noche).

Conocer a nuestro hámster, saber sus hábitos y su forma de ser nos ayudará a detectar algunas dolencias que no pueden comprobarse a simple vista. Una forma perfecta, incluso, de darnos cuenta de que algo no va bien y tomar cartas (veterinarias) en el asunto.

Cortes y mordiscos: en muchas ocasiones, la hiperactividad de los hámsters que viven en solitario les hace dañarse; para los que viven en comunidad, en muchas ocasiones los mordiscos son habituales. En el caso de heridas de carácter menor, desinfectaremos la zona (es recomendable tener un pequeño botiquín de pomadas y antisépticos autorizados por nuestro veterinario). En caso de hemorragias y lesiones graves, lo ideal es visitar al veterinario.

Ácaros y hongos: si nuestro hámster está inquieto, se rasca, vagabundea por la jaula, tiene el pelo sucio y apelmazado, o incluso presenta calvas es muy posible que esté sufriendo un ataque de caros y hongos. Este tipo de infecciones (que solo pueden curarse con una visita al veterinario y el tratamiento preciso) son, en muchas ocasiones, fruto de una mala higiene en la jaula del hámster, de estrés pero también de una alimentación incorrecta. Razones de peso para elegir correctamente el lecho más adecuado y velar por lo que come.

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Enfriamientos: a pesar de ser un animal robusto, los hámsters necesitan estar en un espacio en el que la temperatura sea estable y lejos de corrientes. De no ser así, nuestro hámster puede sufrir un enfriamiento que podremos detectar rápidamente: estornuda, tiene flujo nasal y presenta silbidos al respirar. Nuevamente, necesitará una visita al veterinario para que le prescriba el antibiótico necesario.

Pérdida de uñas: esta dolencia es, en sí misma, una llamada de atención de la salud de nuestro hámster. Si vemos que está perdiendo las uñas, es que la alimentación que le dispensamos no es rica en proteínas.

Enfermedad de cola húmeda: una de las enfermedades más comunes, sobre todo en ejemplares jóvenes sometidos a estrés. La detectaremos porque notaremos que la zona de la cola del hámster está húmeda y presenta diarrea. Además de eliminar automáticamente la alimentación fresca que le estemos dispensando, lo ideal es acudir lo antes posible al veterinario.

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Oclusión de carrillos: ese gesto tan característico del hámster de rellenar sus mejillas con comida puede darnos pistas de que algo va mal. Si vemos que se rellena los abazones (esta especie de mejilla doble que tienen) pero no come sino que escupe la comida, es más que probable que tenga una oclusión. Una pequeña operación sencilla con la que el veterinario devolverá a nuestro hámster su apetito y manera habitual de comer.

Diarrea: otra de las enfermedades habituales de los hámsters. En caso de que se produzca, puede deberse o bien a una infección bacteriana o (nuevamente) a una mala alimentación. El veterinario podrá decirnos de qué se trata exactamente.

Y dejamos para el final una dolencia que, aunque no puede considerarse como tal, sí es responsable de que nuestro hámster comprometa su salud. Y es que la obesidad puede acabar siendo un grave trastorno de la salud de nuestro hámster, no solo porque le impedirá mantener su activa vida sino, además, porque puede procurarle otras enfermedades. Así que, nuevamente, insistimos en la importancia de la alimentación como clave de su bienestar siempre en las cantidades adecuadas.

Unas que le permitan tener todo lo que necesita para su increíble actividad pero que, además, le suponga una fuente de salud.

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