Con la llegada de las vacaciones, también llega uno de los momentos más delicados del año para nuestros animales. Porque no nos equivoquemos: tal y como vimos hace unos días, ellos también se resienten con nuestras vacaciones. Un momento del año que, si bien para nosotros es disfrute, para ellos puede ser comprometido tanto por las altas temperaturas y sus consecuencias, como por ese cambio de rutina que puede afectarles.
Quizás, uno de los momentos más complicados es sin duda cuando llega el viaje. Un momento que suele poner nerviosos tanto a los de cuatro patas como a los de dos, y que conviene organizar con cierto tiempo para que sea lo más placentero posible para todos.
Así que, pensando en que ese viaje que da comienzo a las vacaciones de verano sea un momento feliz y no uno de nervios, vamos a pasarle revista a esas necesidades fundamentales para que el traslado que da comienzo al descanso sea bueno para todos.
TRES CONSEJOS PARA VIAJAR CON MASCOTAS EN VERANO
Igual que planificamos cómo van a ser nuestras vacaciones, es importante planificar los aspectos básicos necesarios para que nuestras mascotas vivan el viaje sin sobresaltos.
La seguridad durante el traslado
Este es, quizás, uno de los aspectos más importantes. No solo porque de ella, de la seguridad, dependerá que nuestro animal esté protegido sino, también, porque el transporte de mascotas conlleva cumplir con cierta legalidad. Si viajamos con perro o gato y según su tamaño, tendremos que elegir el mejor sistema. Uno que no solo depende de normas de circulación sino, también, del carácter de nuestro perro.
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Tanto en el caso de los perros de tamaño pequeño como de gatos, uno de los mejores sistemas para viajar es el transportín. No solo es importante garantizar que nuestro animal está cómodo dentro de él sino, también, asegurar que cierra y abre correctamente (sin ningún tipo de traba). Además y lejos de lo que se cree, o ideal no es colocarlo sobre el asiento trasero sino en el suelo (en la parte trasera de uno de los asientos delanteros). De esta forma y a pesar de cualquier frenazo, el transportín se mantendrá estable.
Sin embargo, para perros medianos y grandes el sistema del transportin puede resultar incómodo aún cuando apostemos por uno de su tamaño (que tendremos que colocar, forzosamente, en el maletero del coche). Una solución perfecta para este tipo de perros (o, incluso, para aquellos de pequeño tamaño que se sientan especialmente nerviosos dentro de un transportín) es el arnés de coche. Una forma de que sienta cierta libertad a pesar de ir seguro (y legalmente) sujeto.
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Y si el inconveniente que le encontramos a este sistema es la limpieza del coche, tampoco es un problema: tan solo será necesario utilizar un protector específico para evitar que los pelos ensucien la tapicería. ¡Y él viajará tan tranquilo y sin ningún tipo de nervios!
La temperatura, clave durante el viaje
A pesar de que para nosotros no sea un factor importante, lo cierto es que la temperatura de un viaje puede comprometer la salud de nuestro perro o gato. A diferencia de nosotros y por carecer de sistemas de sudoración, acusan la atmósfera caliente del coche mucho más que nosotros. Y, lejos de parecer algo sin importancia, estos grados de más que a los demás nos hacen sudar un poco pueden suponer tener que correr a un veterinario.
Para evitarlo, no solo tendremos que prever que el habitáculo en el que se encuentre nuestro animal esté ventilado sino que, además, podemos ayudarle a evitar que la temperatura le juegue una mala pasada. ¿Cómo?
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Gracias a colchones de gel refrigerante que se activan por presión y que nos ayudarán no solo a que nuestro animal no sufra un aumento (indeseado) de temperatura, sino también a que haga el viaje mucho más tranquilo.
Hidratación también durante el viaje
Incluso si nuestro animal viaja tranquilo y fresquito, no estará de más ir provistos de un bebedero portátil que nos permita suministrarle agua fresca en el transcurso el viaje. Un gesto sencillo (y lógico) que le ayudará a no deshidratarse con las altas temperaturas propias del verano y más todavía cuando se encuentra dentro de un vehículo (aunque esté en movimiento).
El hecho de hidratarle nos obligará a parar cada cierto tiempo ¡y no lo consideremos como un problema sino, más bien, como una ventaja! Porque si para él es necesario ese pequeño descanso en el trayecto, para el resto de los viajeros será un momento perfecto para (también) estirar piernas y disfrutar de las vacaciones como se ha de hacer: sin prisas y en familia… ¡y él también forma parte de ella!
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