Año tras año, con la llegada del otoño, toca vivir un fenómeno muy singular: contemplar la marcha de las aves migratorias. Buscando climas más cálidos en los que pasar el invierno, son muchas las aves que ponen rumbo hacia Andalucía o África. En otros casos, por cuestiones de salud en muchas ocasiones o de costumbres, el viaje se acorta y vemos pájaros que nunca antes veríamos acompañarnos durante el invierno.
Precisamente para ellos, tanto para las aves migratorias que nos visitan de paso como para las que han de superar el invierno sin terminar su ruta, es interesante prestarles un apoyo. Un punto de alimentación y, por qué no, de cobijo para que puedan recuperar fuerzas antes de continuar su viaje. Y, además, una manera perfecta de tener vida natural y en libertad absoluta en nuestro jardín. Unos compañeros del hogar que no nos darán trabajo pero sí mucha alegría.
Porque es un hecho: algo tiene la presencia de los pájaros en libertad que supone alegría y, por supuesto, vida natural en estado puro.
AGUA Y ALIMENTACIÓN, SUS DOS NECESIDADES
El cuidado de los pájaros que viven en libertad, muchos de ellos aves migratorias, es más que sencillo. Tan solo necesitan dos factores importantes: agua y comida. Cubrir el primer aspecto es más que sencillo si tenemos una fuente en el jardín o, simplemente, algún espacio en el que se acumulen las aguas de las lluvias o incluso del rocío. Si queremos ayudarles, es tan sencillo como colocar un bajo plato de cualquier tiesto en las inmediaciones con agua cada cierto tiempo.

Y, aunque parezca imposible, la alimentación de este tipo de pájaros es igual de sencilla que suministrarles agua. Tan sencillo como utilizar un comedero de exterior que, periódicamente, tendremos que rellenar. Para tener éxito con este comedero exterior para pájaros del cielo son importantes un par de aspectos.
Para empezar, que no puede estar colocado en superficie. Tengamos en cuenta que el carácter de las aves, y sobre todo de las aves libres, es miedoso y solo se acercarán a comer si estiman que pueden escapar volando cuando lo deseen. Por eso, los comederos colgantes para exterior (que podemos suspender de cualquier parte, ya sea de un árbol o de un mástil) son ideales para alimentarlos. Ellos sentirán la libertad de poder acercarse a comer y, tan pronto como descubran su presencia, vendrán de manera regular a alimentarse. Además, dado que están pensados para aves, es importante que tengan asideros en los que los pájaros puedan reposar y comer con tranquilidad.

Por otro lado, otro aspecto fundamental es que la comida se mantenga seca. Los pájaros, libres o domésticos, son exquisitos a la hora de comer. Como buenos granívoros que son en su gran mayoría, necesitan tener acceso a estos granos de manera seca. Parte de su placer de alimentarse pasa por el disfrutar de cómo se rompen las semillas. Por eso, es importante que el comedero exterior proteja de las inclemencias del tiempo la comida.
En cuanto al tipo de alimentación, también es sencilla: tengamos en cuenta que son aves libres que, en muchas ocasiones, se alimentan de lo que pueden. Por eso, podemos simplemente ofrecerles un pienso para canarios completo o alguno que añada frutas en su formulación.
Y después, un consejo: disfrutar de verlos aleteando por el jardín. Un placer pequeño que, además, conlleva un gesto importante: cuidar la Naturaleza que nos rodea. ¿No es un plan perfecto?
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