Con la llegada del otoño, tanto árboles como arbustos nos van avisando de que llega el frío. Los cambios de color en sus hojas no son más que el testigo de ese descenso del termómetro y marcan el momento previo a un proceso natural: con la bajada de los grados, los árboles y arbustos descansarán para encarar el frío. Un momento perfecto para plantar y trasplantarlos con vistas a que puedan crecer más y mejor la próxima primavera.
Aunque tanto como árboles (incluso los frutales) como arbustos pueden vivir en una maceta, es recomendable regalarles espacio. Un espacio que puede ser tanto una maceta de mayores dimensiones como una mudanza directamente al suelo en el lugar que elijamos.
Pero, para velar por el bienestar de nuestro árbol o arbusto, aprendamos a plantar correctamente.
CUÁNDO HACERLO
Lo primero que tenemos que observar es el estado en que se encuentra. En el caso de los árboles, tanto los frutales como los ornamentales, ellos mismos nos dirán cuándo es el momento de trasplantarlos. Ese momento no es otro que cuando veamos que han tirado todas las hojas. En ese momento, habrán entrado en la fase de aletargamiento previo al frío y podemos trasplantarlos sin que sufran ningún daño.

Imagen: Efraim Stochter
En el caso de los arbustos, cuando son de hoja caduca nos guiaremos por las mismas pautas. Sin embargo, en arbustos de hoja perenne como el Velo de Novia (un arbusto que, en este momento del año, se llena de olorosas y delicadas flores) lo recomendable es observar la variación de color de sus hojas. En muchos casos, los arbustos son característicos del otoño porque toman los colores rojizos típicos de esta estación del año.
Cuando nuestro arbusto haya cambiado de color y sea más otoñal que nunca, será el momento perfecto para pasarlo ya sea a una maceta o al suelo.
CÓMO TRASPLANTAR
La plantación de un árbol o arbusto no entraña mucha dificultad, una vez identificado el momento perfecto para hacerlo. Para que pueda crecer y enraizar correctamente, lo recomendable es hacer un hueco en la nueva tierra que sea de entre 10 y 15 centímetros mayor que el diámetro del cepellón. De esta manera, las raíces trasplantadas tendrán espacio para crecer con tierra suelta sin que ésta presente demasiada dificultad.
Eso sí: tengamos en cuenta que la zona en la que trasplantemos tendrá que contar con sustrato específico para plantación. De esta forma, no solo estaremos ayudando a que esas raíces encuentren sustrato suelto a su alrededor al crecer sino que también estaremos aportándole los nutrientes necesarios para cuando vuelva a despertarse del letargo del invierno.
Y tú ¿tienes frutales o arbustos que trasplantar?, ¿te animas a ampliar tu propia Naturaleza incorporándolos para que, en primavera, crezcan?

