Pieris y Nandina: color perenne en forma de arbusto

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Muchas veces, nos vemos obligados a elegir la decoración vegetal de nuestra propia Naturaleza según el tiempo que tenemos. Y, si no tenemos mucho para dedicarle al jardín, no cabe duda de que el arbusto rústico será una elección perfecta. Pero no nos equivoquemos: ni por ser arbusto es menos hermoso ni el término rústico le quita atractivo.

Por eso mismo, queremos descubriros dos arbustos perfectos para amantes del jardín con poco tiempo para él: la Pieris y la Nandina.

Dos arbustos de crecimiento lento y resistentes que no solo son de hoja perenne sino que, además, ofrecen algo muy atractivo: el color de sus hojas y sus floraciones. Algo que, aunque solo se trate de un arbusto, le dará vida a cualquier espacio sin preocuparnos demasiado por su cultivo.

PIERIS, LA ANDRÓMEDA DEL JARDÍN

Imagen: Sunchild57 Fotography en Flickr
Imagen: Sunchild57 Fotography en Flickr

Originarias de Japón, las Pieris destacan sobre todo por sus brillantes hojas. Aunque su crecimiento es más bien lento, bien cultivadas pueden llegar a los seis metros de altura si contamos con los aspectos más importantes: para las Pieris, es vital estar a media sombra y, sobre todo, contar con un suelo con un pH ácido.

Precisamente por su carácter rústico (están acostumbradas a terrenos pobres), no son amigas del exceso de riego pero tampoco del exceso de abono.

Pero, más allá de sus cuidados sencillos, lo más espectacular de la Pieris es precisamente su colorido. Sus hojas ovaladas toman colores entre rojizos y anaranjados entre los que destacan sus flores: en tonos crema o rosáceos, se distinguen por su forma acampanada invertida que al igual que sus hojas son de larga duración.

Su floración, en forma de campana, es un regalo precioso de la primavera. Imagen: StillWorksImagery
Su floración, en forma de campana, es un regalo precioso de la primavera.
Imagen: Still Works Imagery

 

Añadido y por sus condiciones de cultivo, es una planta que convive a la perfección con algunas de las ornamentales más espectaculares. Un juego de contrastes y colores que es perfecto para cualquier jardín.

El único aspecto importante a tener en cuenta antes de elegir la Pieris para nuestro propio paisaje: sus hojas son tóxicas para los animales, por lo que si tenemos mascotas es importante plantearnos mantenerla en lugares inaccesibles para ellos.

NANDINA, EL BAMBÚ SAGRADO

Imagen: jun AOYAMA en Flickr
Imagen: jun AOYAMA

Al igual que la Pieris, la Nandina es originaria de Asia (Japón y China) y comparte con ella la espectacularidad de sus hojas rojizas, que suelen tomar este color en fechas próximas a la Navidad, como la flor de Pascua. Amante de la sombra y de las zonas calurosas, tampoco es una gran amante del riego: mientras en verano no necesita demasiada agua, un riego cada tres días, en verano el ciclo de riego es todavía más largo. Bastará con uno cada diez días.

Esto no significa que no sea amante de suelos húmedos pero, más que el agua, es todavía más importante un aspecto fundamental: que estén en suelos bien drenados.

Su floración, en forma de estrellas, se presenta en colores blancos y rosáceos
Su floración, en forma de estrellas, se presenta en colores blancos y rosáceos                                  Imagen: James de Mer

Este arbusto es amante del exterior pero, fiel a sus orígenes rústicos, puede cultivarse simplemente en una maceta. Es importante saber que sus hojas varían de color a lo largo del año, oscilando desde un verde oscuro a los colores más característicos del otoño en la misma época.

Al igual que la Pieris, destaca su floración sobre el colorido de sus hojas: de flores blancas estrelladas surgen unas pequeñas bolitas rojas.

 

Dos auténticos espectáculos de color y contrastes para disfrutar todo el año de belleza natural.