Está claro que el mal tiempo, los días cortos y el frío no ayudan a que tengamos ganas de cuidar de nuestro jardín. Pero en un abrir y cerrar de ojos, la primavera habrá llegado y precisamente por eso es momento de prestarle la atención que hasta ahora no le hemos prestado.
Y, más allá de los cuidados del césped o de decidir cómo queremos que luzca nuestro jardín esta temporada (tanto en decoración como en plantas), hay un elemento al que ha llegado el momento de hacerle caso para ponerlo a punto: el estanque. Porque es ahora, con el casi cambio de estación, cuando es momento de hacerle esa puesta a punto necesaria para disfrutarla. Esos cuidados tan necesarios que agradecerá para recuperar su belleza pero, sobre todo, su salud.
Para empezar estos cuidados fundamentales, es vital analizar el Ph del agua para saber en qué estado se encuentra. Un gesto que tendremos que llevar a cabo antes de realizar en el estanque una limpieza a fondo más que recomendable. Para ello, no solo retiraremos todo aquello que haya podido caer (hojas, hierbas o cuerpo extraño que flote) durante el invierno, sino que además aprovecharemos para limpiar también el contenedor con vistas a erradicar esos incómodos lodos que se suelen generar durante el invierno. Además de someterlo a una limpieza con un limpiador enzimático, es también el momento de comenzar a aplicar algún algicida biológico que nos permita mantener equilibrada el agua y evitar que proliferen más algas en el momento de la (casi) puesta en marcha del estanque.
Una vez tengamos el contenedor del estanque limpio, será momento de ir cambiando paulatinamente el agua. Algo que tendremos que hacer con sumo cuidado en caso de que nuestro estanque tenga ya peces que han estado viviendo en ese agua durante el invierno. Tengamos en cuenta que tanta manipulación del agua y demás les estresa y que, añadido, con la entrada de la primavera están más expuestos a la virosis primaveral. Por eso, el cambio de agua del estanque se ha de hacer de poco en poco y utilizando además neutralizados de cloro y metales pesados.

Por último, las plantas. Si empiezas de cero con ellas, lo mejor es que esperes todavía a que las temperaturas comiencen a subir antes de poblar tu estanque. Mientras, lo que sí puedes hacer es comenzar a poblarlo con plantas oxigenaste (que no son tan exigentes con el frío y, además, enriquecerán el agua nueva). Y, si resguardaste las plantas cuando empezó el frío, mantenlas todavía algunas semanas en sus piletas. No tengas prisa: queda mucho por disfrutar esta primavera y correr demasiado puede suponer que se estropeen (recordemos que todavía las temperaturas no son muy altas).