Plantar: un juego de y para niños

Plantar, esperar, observar y disfrutar de la sorpresa de la Naturaleza. Un proceso habitual para un adulto que puede ser una auténtica herramienta de educación infantil. Despertar la curiosidad de los más pequeños en la Naturaleza es una actividad formativa que, además, se disfruta jugando.

Una manera de acercarse al Medioambiente desde la tierna infancia que puede ser una pieza fundamental en su educación en el respeto de su entorno pero, también, puede ayudar a fortalecer su capacidad de compromiso al adquirir una tarea de cuidados.

Precisamente porque concienciar desde pequeños de la importancia del mundo que nos rodea es fundamental, os proponemos involucrar a los más pequeños con la Naturaleza mediante actividades sencillas. Por un lado, si tenemos un niño en casa en edad escolar, incluir el huerto urbano en el escenario de nuestra familia tiene muchos beneficios emocionales y otros tantos en salud, además de ayudarle a aprender cuál es el proceso de crecimiento de eso que forma parte del día a día. Sin duda, los primeros días después de que haya realizado su siembra la impaciencia marcará la actividad. Pero, incluso así, estará aprendiendo a valorar lo que espera ver crecer.

Si preferimos una actividad más vistosa a medio plazo y que conlleve menos trabajo diario, tener plantas de interior y exterior puede ser una manera de comenzar. Eso sí: tendremos que concienciarles de que habrá que esperar hasta la primavera para ver los resultados. Un ejercicio de paciencia (al igual que la actividad del huerto) y responsabilidad para ellos que tendrá su premio cuando florezcan.

Y ¿por qué es importante introducirles poco a poco en actividades así? Sobre todo, porque es una primera aproximación planteada como juego que puede ser la clave para algo más importante que tenerlos entretenidos: que entiendan y valoren lo importante que es la conservación de la Naturaleza.

Foto | She Knows