Cómo proteger nuestras aves del frío en invierno

Cómo proteger nuestras aves del frío en invierno

Proteger a nuestras aves del frío en meses de invierno debe ser una auténtica prioridad, y uno de los cuidados en los que debemos extremar las precauciones. Y no: no nos referimos, únicamente, a especies exóticas que por sus orígenes podrían presentar una menor resistencia a las bajas temperaturas. En líneas generales, las aves son frioleras y el motivo radica en su propio cuerpo. Son animales de sangre caliente con una temperatura corporal que ronda los 40 grados. Una razón de peso para que el frío no solo no les guste sino que, incluso, sea una amenaza para su salud.

Basta con pensar en los ciclos de buena parte de las aves silvestres del mundo. Si bien algunas no alteran su hábitat durante los meses de invierno, lo cierto es que otro buen número de especies migran hacia zonas cálidas. No es una cuestión de comodidad. En realidad, este gesto que realizan de forma instintiva busca la supervivencia de la especie. Solo huyendo del frío podrán mantenerse a salvo.

Añadido y en el caso de las domésticas, hay un motivo más para proteger nuestras aves del frío y no solo porque muchas de ellas sean de origen tropical. Su plumaje no es tan copioso como el de las aves silvestres, capaces de generarlo cuando se acerca el invierno.

CÓMO SABER SI TIENEN FRÍO

Tan importante como tomar medidas para proteger nuestras aves del frío es saber identificar si lo tienen. Algo sencillo ya que ellas mismas se encargarán de hacérnoslo saber. Para averiguarlo, es fundamental observar su comportamiento como parte de los cuidados de las aves ya que, si bien algunos síntomas son evidentes, otros pasan por conocer a fondo a nuestro animal.

Conocer su comportamiento: clave para proteger las aves del frío

Una de las manifestaciones habituales de frío en las aves es que ahuecan el plumaje. En términos populares se llama estar embolado, ya que adquieren una forma redondeada. Con este gesto, nuestras aves están tratando de crear una cámara de aire caliente alrededor de su cuerpo para mantener su propia temperatura.

Con este mismo objetivo también es habitual ver que nuestras aves se apiñan unas contra otras, especialmente en el momento de dormir. Aunque en determinadas especies como los agapornis puede parecernos un comportamiento natural, tenemos que evaluar si cabe la posibilidad de que sea un síntoma de frío. Curiosamente y en el caso de estas aves denominadas inseparables, hay un comportamiento sumamente particular que también es indicativo: abren sus alas y las abanican en un intento por mantener su temperatura.

El último aspecto que hemos de tener en cuenta es si hay un cambio en la actividad de nuestras aves. Si vemos que están más quietas de lo normal o, incluso, parecen dormitar también no estarán indicando que tienen frío. Este comportamiento, que se asemeja al letargo, busca ralentizar su metabolismo. ¿El objetivo? Necesitar menos calorías para mantener su temperatura.

5 FORMAS DE PROTEGER NUESTRAS AVES DEL FRÍO

Es fundamental comprender algo importante. Proteger nuestras aves del frío pasa por evitar, precisamente, que se den los comportamientos que acabamos de ver. El motivo es sencillo: puede suponer un serio riesgo para su salud hasta el punto de comprometer su vida. Y es que, por más que estén perfectamente aclimatados, el frío es una amenaza en toda regla que debemos combatir incluso antes de que comience a ser severo.

Consejos para proteger aves del frío en invierno
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Para conseguirlo, es fundamental tener en cuenta cinco aspectos que nos permitirán cuidar de la salud de nuestras aves al margen de la temperatura del exterior de nuestra casa.

1. Revisa la ubicación de su habitáculo, el punto de partida para proteger a nuestras aves del frío

Fundamental. Durante los meses de invierno, es recomendable que nuestras aves estén en un espacio luminoso y soleado. Dado que el sol no incide con fuerza, no será peligroso y, además, servirá de fuente extra de calor para mantener su temperatura.

Y mucho cuidado porque, por más que nos parezca buena idea colocar su habitáculo cerca de una ventana, debemos tener en cuenta otro aspecto. Para velar por su correcta salud, es fundamental evitar que estén expuestas a corrientes de aire.

2. Pasa revista a los accesorios y ayúdale por las noches

Y esto hemos de entenderlo de dos maneras. Por un lado, por una cuestión de protección. Por otro, para ofrecerle de forma sencilla aliados para que mantengan el calor de sus cuerpos.

Empecemos por la primera. Durante los meses de verano solemos ofrecerle a nuestras aves una piscina para que se bañen e, incluso, no damos importancia al hecho de que tiren el agua para refrescarse. Algo que tendremos que evitar por todos los medios en los meses de frío, en los que no es recomendable que nuestras aves se mojen. Por eso y además de retirar la piscina, es importante asegurarnos de que el bebedero se mantiene estable y sujeto a la jaula.

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Además de esto, podemos ofrecerle a nuestras aves algodón, fibra de coco y otros elementos orgánicos con los que puedan hacer de sus nidos espacios más confortables y, sobre todo, más cálidos.

Por último, no está de más cubrir con una manta ligera su habitáculo durante las noches. ¡Pero mucho cuidado! Más allá de que es imprescindible no tapar por completo la jaula para procurar la renovación del oxígeno, hay que tener otra precaución. Tanto en el caso de aves juguetonas como en el de las denominadas psitácidas puede darse el caso de que jugueteen con la manta, llegando incluso a dañarse las patitas o quedándose atrapadas en ella con el pico. Si es nuestro caso, es importante que no se apoye sobre los barrotes para evitar cualquier tipo de percance.

3. Haz que su dieta sea más calórica, clave para proteger a las aves del frío

¡Fundamental! En cualquier especie animal la alimentación juega un papel fundamental. Y, en el caso particular de las aves, es además aliada de excepción para protegerlas del frío. Cambiar su alimentación en los meses de invierno ayudará a crear una capa de grasa en su organismo que le ayudará a poder mantener su temperatura corporal.

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Para conseguir, lo ideal es incrementar el porcentaje de semillas y de ácido oleico en su dieta ya sea como parte de su alimentación principal o en snacks.

4. Garantiza la humedad ambiental

Otro aspecto fundamental que debemos contemplar para proteger nuestras aves del frío es la sequedad ambiental tan característica de los meses de invierno. Un ambiente seco, fruto de fuentes artificiales de calor, no solo puede resecar las vías respiratorias de nuestras aves. En algunas especies, como el canario, puede incluso provocar su deshidratación.

Para evitarlo, lo ideal es colocar un humidificador que libere de forma moderada agua para mejorar la calidad del ambiente. Nuestras aves lo agradecerán ¡pero nosotros también!

5. Ayúdale a mantener su plumaje, una tarea que debe comenzar en otoño

Promover que nuestras aves tengan esta maravillosa defensa natural en perfecto estado pasa por ayudarle a hacer la muda de la pluma correctamente durante el otoño. Algo que conseguiremos incrementando en su dieta las proteínas y ofreciéndole un corrector de muda para que pueda llevar a cabo esta tarea natural de forma saludable.

¿Cuántos de estos consejos cumples para proteger tus aves del frío?