Malas noticias para los amantes del verano y buenas para los amigos de la decoración: es el momento de modificar el registro y dejar atrás los días de sol. Un cambio al que muchos se resisten, pero que podemos hacer más llevadero haciendo de la decoración de otoño un aliado en esta transición hacia el frío. Y es que, el interiorismo no es solo una manera de entender un espacio, también se trata de una actitud perfecta para envolver una estancia con emociones o sensaciones propias de cada época del año jugando con tonalidades y matices.
En este caso, la decoración de otoño no solo nos servirá para reconciliarnos (mentalmente) con nuestra casa, a sabiendas de que tendremos que pasar más tiempo en ella. Además, servirá para crear una atmósfera cálida y acogedora reconvirtiendo nuestro hogar en ese refugio cómodo y hospitalario en el que cobijarse del mundo exterior.
Y más allá de muebles o accesorios, hay un aspecto fundamental que hace que la decoración de otoño cumpla este cometido: los colores. Unas tonalidades que, junto al resto de elementos, lograrán esa calidez que nuestra casa tiene que respirar en este momento del año.
ELIGE LOS TONOS DE TU DECORACIÓN DE OTOÑO
Está claro que más allá de las tendencias de decoración de otoño, un hogar se rige por los gustos personales de sus visitantes. Algo que lejos de ser un inconveniente, no es más que una oportunidad maravillosa para que, según nuestras preferencias, creemos la atmósfera ideal para cada uno de nosotros.
Por esta razón y lejos de cualquier prejuicio, la paleta de colores que se impone este año en la decoración de otoño busca ofrecer a cada uno precisamente lo que necesita. Un abanico de opciones enorme que definirá también el estilo de una casa.
Así que veamos cómo jugar con tres familias de colores en la decoración de otoño que, además de ser tendencia, nos permitirán conseguir looks actuales adecuados a nuestra manera de entender nuestro hogar.
Rosa para crear ambientes delicados o modernos
Empezamos por el tono que es la revelación de la decoración en otoño. Y es que el rosa ballet se ha convertido este año en un imprescindible tanto en ambientes que busquen un toque shabby chic como en aquellos que quieran conseguir que sea más moderno.
Para los primeros, el rosa se combina con azules, verde aguamarina y malvas en la misma intensidad; consiguiendo con esta combinación de colores un entorno delicado y acogedor. Tanto en textiles (en los que, incluso, el estampado de rosas se ha hecho un hueco) como jugando con planta natural en este color, es posible crear un ambiente sumamente femenino en el que el cristal mate en jarrones y el mimbre blanco en accesorios como cestos redondearán el conjunto.

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Quienes buscan un aspecto más vanguardista también pueden contar con el rosa como aliado, para ello lo combinaremos creando contrastes con morados intensos, azul marino o, incluso, negros. Un juego de intensidades en el que podemos involucrar accesorios en tonos plateados para crear un espacio de sobria distinción que no renuncie a la calidez de la época.
Naranjas y rojos para crear espacios acogedores
En la decoración de otoño de cada año no puede faltar una paleta de colores que refleje a la propia naturaleza. Y es que, pasen los años que pasen, los tonos propios de la tierra, de árboles o plantas en esta época nunca se pasan de moda. Unos tintes que son capaces de aportar calor emocional a un espacio, incluso si solo los utilizamos en los accesorios y menaje.
De etsa forma, el naranja, el ocre, el amarillo, el marsala o el burdeos se convierten nuevamente en protagonistas de cojines, mantas, jarrones o elementos decorativos coordinados con verdes intensos e, incluso, dorados. Unas combinaciones de color en las que tanto las plantas naturales como los atributos puramente decorativos propios de la naturaleza (como piñas, manzanas, musgo, animales o calabazas) se convierten en los protagonistas de centros de mesa o arreglos discretos para cualquier rincón de casa.

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Unos tonos perfectos para asociar con materiales como la mimbre (incluso para cubrir macetas con cestos en este material) o forja; y crear así ambientes de inspiración cottage, ya sea nórdica, rústica o chic.
La madera como color
¿Cuántas veces ha salido de nuestra boca el «color madera» al referirnos a este tono? Existe una paleta enorme y variada que supone la gama perfecta para quienes buscan tanto la naturalidad en un espacio como la calidez propia de este material. Podemos elegir entre una variedad de tonos que van desde el marrón más intenso a los tonos beige e, incluso, delicadamente melocotón.
Y si esta gama de color se impone, la clave de su éxito está en jugar con los contrastes: para tonos madera suave, nada como morados y burdeos; para tonos de madera oscura, juegos de beige, gris, naranja y rojo.

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Así creamos un juego de matices en el que los elementos naturales también se cuelan, completando ese espíritu con sabor a naturaleza que buscamos tanto en complementos como en planta natural.
Tres familias distintas de colores, tres maneras diferentes de entender la decoración de otoño. ¿Con cuál te quedas tú? ¡Dínoslo en un comentario!



